Calp y el artificio: nueva vida para los asombrosos murales del trampantojo

El ayuntamiento acuerda con los propietarios de fachadas la rehabilitación del arte que transforma el casco antiguo y descubre perspectivas insólitas

La pintura «trompe-l’oeil» crea sorprendentes ilusiones arquitectónicas en Calp.  | LEVANTE-EMV

La pintura «trompe-l’oeil» crea sorprendentes ilusiones arquitectónicas en Calp. | LEVANTE-EMV / alfons padilla. calp

alfons padilla. calp

Artificio, ilusión, trampantojo... Calp tiene una dimensión (tercera dimensión) juguetona y divertida. El arte en la calle y los murales que dibujan arquitecturas y espacios ficticios invitan a explorar ese pueblo imaginado, fantástico. En Calp, ponerse de cara a la pared no es para nada un castigo. Al contrario. Las paredes son fabulosas. Esos vecinos que se asoman a ventanas y balcones inventados habitan lo que ahora se llama metaverso, la realidad paralela de un Calp que podría haber inspirado una de aquellas ciudades invisibles de Italo Calvino.

Uno de los murales que se restaurará ahora. | LEVANTE-EMV

Uno de los murales que se restaurará ahora. | LEVANTE-EMV / alfons padilla. calp

Hay que sacarle lustre a ese extraordinario patrimonio del casco antiguo calpino. De ahí que el ayuntamiento haya firmado ahora convenios de colaboración con los propietarios de las fachadas de la calle Purísima (antiguo Pòsit de pescadores), donde luce el mural de Gerda Pasteur, y los de la pared de la calle Vicente Gallard, donde se halla la obra de Fernando Baquero. Los dueños de estas paredes dan vía libre a que se lleven a cabo trabajos de restauración. Antes de que termine el año, el consistorio adjudicará la rehabilitación de estos murales. Es una tarea compleja y delicada. Restaurar el mural del Pòsit sube a 27.200 euros y recuperar el esplendor del de la calle Vicente Gallard cuesta 50.581 euros.

El pueblo del trampantojo también necesita que, de tanto en tanto, se le insufle color y vida. En 2019, se restauró el impresionante mural de la plaza del Mosquit, realizado por el artista Elías Úrbez.

Los siguientes que se rehabilitarán serán el que creó Pierre Le Fleur en 1989, que está frente al Torreó de la Peça, y el de la Casa del Cocó, que también es de Elías Úrbez. El pueblo ficticio, ese que es una ilusión óptica, atrae a visitantes fascinados por los artificios del arte. El «trompe-l’oeil» descubre una perspectiva insólita de Calp.