ANÁLISIS

De la bronca al epigrama: lo que da de sí un pleno de 5 horas y 20 minutos en Calp

Bastos, los de la bronca entre la alcaldesa y el portavoz del PP, y espadas, las de la esgrima del portavoz del PSOE y el de Defendamos Calpe. La política local es de baraja y timba.

Todos los concejales levantan la mano para aprobar por unanimidad la ordenanza para erradicar la prostitución

Todos los concejales levantan la mano para aprobar por unanimidad la ordenanza para erradicar la prostitución / Levante-EMV

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Exceso de metraje y sobreactuaciones. Un buen montador de cine metería con ganas la tijera en las 5 horas y 20 minutos que duró el primer pleno del mandato en Calp. La alcaldesa, Ana Sala, ya se ve venir que ese tostón va a ser “la tónica". Dijo que "estamos igual que la pasada legislatura". Luego se lo pensó. Se había metido en un atolladero. En la anterior legislatura militaba (verbo adecuado) en el PP, partido con el que rompió cuando le hicieron el desprecio de no quererla de candidata. Ahora es la líder de Somos Calpe y sus antiguos compañeros populares están en la oposición y son el adversario. Quienes antes le daban la tabarra, los concejales del PSOE y Compromís, son sus nuevos socios. Una comedia de enredo, vamos. La alcaldesa hizo un requiebro y salió del brete: "Bueno, si son largos es porque hay muchos puntos y se trabaja".

Pero 5 horas y 20 minutos es un latazo de los buenos. Hubo, eso sí, algún momento descacharrante. También quedó en el aire alguna polémica de esas que sacuden a todo el pueblo. ¿Se va a cambiar el día del patrón, el Crist de la Suor? El portavoz del PP, César Sánchez, dejó caer que el tripartito puede armar un buen cristo.

El pleno tuvo algo de baraja (de naipes y timba). Pintaban bastos. Comenzó con una bronca de aúpa entre la alcaldesa y César Sánchez. Ana Sala llegó a la política de la mano del exalcalde y ahora portavoz municipal del PP y diputado en el Congreso. Eran uña y carne. Ahora la alcaldesa lo tiene atravesadísimo. Sus gestos displicentes y de puro hartazgo revelan lo que ella confiesa abiertamente: "¡Señor Sánchez, aburre!". Ana Sala es de mecha corta (y discurso largo) y estuvo en un tris de expulsar al líder popular. Llegó a llamar a la policía. Se lo pensó dos veces. Sabe que esos prontos mandones le han dado más de un disgusto.

Mientras, Sánchez es putilloso. Tenía razón al plantear la "cuestión de orden". Pero la alcaldesa y él están de uñas. Lo más fácil hubiera sido charlar antes del pleno con el portavoz del gobierno local, el valencianista Ximo Perles, y consensuar que se guardara un minuto de silencio por las víctimas del terremoto de Marruecos (el día anterior ya se había hecho un acto de solidaridad en la puerta del ayuntamiento). Negociar entre bastidores es lo más sensato. Pero al popular le pirran los formalismos. Calp no es el Congreso.

La baraja siguió con las copas del brindis al sol. El ayuntamiento se pone serio con las placas solares y su impacto paisajístico. Hace bien. Este pueblo sabe de sobra las consecuencias nefastas de la barra libre (urbanística).

Y hubo también espadas. Las desenvainó el portavoz del PSOE, Guillermo Sendra. Ese episodio fue de lo más hilarante, pelín estrambótico. El portavoz de Defendamos Calpe, Paco Quiles, azote del gobierno de PP y Ciudadanos en la anterior legislatura y látigo ahora del tripartito, le recriminó a Sendra que llame "mala gente" a quienes le reprochan que cobre los 48.000 euros brutos de la dedicación exclusiva. Afirmó que a eso hay que sumar los 3.000 euros anuales de ejercer de portavoz y las indemnizaciones que recibirá de la empresa mixta Aguas de Calpe. Quiles le dedicó una coplilla satírica, un epigrama: "¿Dónde está el dinero?/¿El dinero dónde está?/en el sueldo del político/que se lo sube nada más llegar".

El portavoz socialista, que es novelista y seguro que ha leído a Alejandro Dumas, se vistió de Porthos (el mosquetero) y desenvainó la espada. Dijo que él ganaba más antes de entrar en el ayuntamiento y que estaba perdiendo dinero por dedicarse al servicio público, y lanzó: "Los principios son espadas" y su filo "debe estar mellado de tanto usarlas". Quiles y Sendra prometen una esgrima afilada y florida.

De la bronca al epigrama. De los bastos a las espadas. Estos plenos no los ve casi nadie (49 personas a través de youtube en el "minuto de oro") pero crean cultura popular. César Sánchez estuvo ingenioso al patentar esa expresión en clave calpina de "hacer un Camela", que es llegar el primero y echar el cerrojo. En el concierto del dúo de tecnorumba ocurrió eso: se cerró el recinto y cientos de personas se quedaron a la luna de València.

Al margen del teatrillo, el pleno también dejó acuerdos trascendentales como el de la ordenanza para erradicar la prostitución (acuerdo aplaudido por las integrantes de Mujeres por la Igualdad de Calp) o las ayudas a los jóvenes para que puedan emanciparse.