El negocio de las viviendas de alquiler turístico en Dénia: 275.000 huéspedes en un año y unos ingresos de 43,5 millones

El negocio del alquiler turístico va a más. Es imparable. Cambian las "reglas" entre anfitriones y huéspedes. Las viviendas de alquiler vacacional están revolucionando el turismo. Y surgen problemas: masificación, convivencia y gentrificación.

Dénia quiere regular este fenómeno. El ayuntamiento ha encargado un estudio a la Universitat d'Alacant. Los datos confirman que el alquiler turístico es un fenómeno que hay que tener muy en cuenta. Con todo, el diagnóstico también advierte del impacto de la pandemia en este negocio. Las viviendas de alquiler turístico eran 6.200 en Dénia en 2019, antes de declararse la epidemia de la covid-19, y han bajado a 4.776 en 2022. El sector, eso sí, se va recuperando. Otra conclusión es que en el centro urbano de Dénia no hay masificación de visitantes alojados en viviendas turísticas. No se ha detectado deterioro de la convivencia entre estos visitantes de paso y los vecinos.

Entre noviembre de 2021 y octubre de 2022, nada menos que 275.000 viajeros se alojaron en viviendas de alquiler turístico en Dénia. Generaron ingresos de 43,5 millones de euros. La media anual del rendimiento de un alquiler vacacional es de 9.221 euros, 770 euros al mes.

El precio medio del alquiler turístico por noche es de 160 euros. Sube a 205 euros en la zona de les Rotes y el Montgó. De las 4.722 viviendas, 2.574, el 54,5 % de la oferta, se sitúan en el litoral de les Marines. 1.432 viviendas (el 30,3 %) están en el Montgó y les Rotes. Mientras, 605 alojamientos de alquiler turístico se ubican en el casco urbano.

El diagnóstico se centra en la oferta de las plataformas Airbnb y Vrbo, que representa entre el 67 y el 70 % del total de viviendas de alquiler turístico. Los propietarios bloquean el alquiler prácticamente la mitad del año. Esto revela que son particulares que intentan sacar el mayor rédito de una vivienda que es su segunda residencia.

El estudio es el primer paso para que Dénia regule las viviendas de alquiler turístico. Quiere establecer limitaciones en zonas urbanas, sobre todo en el barrio de Baix la Mar, en la zona del puerto y en el centro, donde se ha registrado un volumen de vivienda turística de entre las 30 y 50 plazas por cada 100 habitantes. Esta regulación pretende evitar la masificación y anticiparse a que puedan surgir problemas de convivencia y de gentrificación. El impacto de la vivienda turística ya está provocando que se disparen los precios de alquileres anuales y los vecinos no puedan acceder a la vivienda habitual. Esos vecinos tienen que mudarse a otros pueblos de la Marina Alta menos turísticos y donde los alquileres no están por las nubes.