La imagen de la visita de Mazón a Dénia: Felipe III, testigo de la "entente cordiale"

Un gran retrato del monarca que le concedió a Dénia el título de ciudad en 1612 "se cuela" en la fotografía del presidente del Consell y el alcalde

Felipe III, aunque mirase hacia otro lado, ejerció de mudo "verificador"

Carlos Mazón muestra el título de ciudad que le regaló el alcalde. A la derecha, el lienzo de Felipe III

Carlos Mazón muestra el título de ciudad que le regaló el alcalde. A la derecha, el lienzo de Felipe III / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Dénia fue una ciudad de insurgencia y resistencia austracista (ríete tú de la numantina). En su salón de plenos, hay dos dinastías. Está la fotografía de Felipe VI (Borbón) y un lienzo del Archiduque Carlos, el Austria al que las tropas de campesinos comandadas por Joan Baptista Basset proclamaron rey (Carlos III) en Dénia en 1705, en plena guerra de sucesión. También hay un retrato de otro "rey", pero este del "bel canto", el tenor Cortis, "il piccolo Caruso".

La escenografía es importante. La balanza entre Borbones y Austrias se ha desnivelado ahora. Después de Navidad, se presentará el lienzo adquirido por el ayuntamiento para su futuro Museu d'Història de la Ciutat y que representa al rey que más huella ha dejado en Dénia, Felipe III, cuyo valido, Francisco Gómez de Sandoval y Rojas fue quinto marqués de Dénia y duque de Lerma. El primero de los "Austrias menores" fue grande en Dénia. Le concedió a la ciudad en 1612 el título de ciudad. La visitó tres veces y su magnificencia todavía se vislumbra en las obras renacentistas del castillo de Dénia.

El lienzo de Felipe III

El lienzo de Felipe III / A. P. F.

Ese retrato, que pertenece al taller de Bartolomé González, pintor de cámara de Felipe III, se "coló" ayer en la foto de la visita de Carlos Mazón, la primera que hace como presidente del Consell al Ayuntamiento de Dénia. Mazón firmó en el libro de honor. La disposición del lienzo, a la izquierda del presidente y del alcalde, Vicent Grimalt, transmitía la impresión de que Felipe III, testigo de la "entente cordiale" del nuevo Consell del PP y Vox y el gobierno de Dénia (PSPV y Compromís y reducto de resistencia "botánica"), les daba con cierto desgaire la espalda.

El alcalde le regaló a Mazón un facsímil del título de ciudad de 1612. El presidente agradeció el obsequio y afirmó que Dénia es una de las grandes ciudades valencianas y encarna "una municipalidad muy singular".

La escena tuvo simbolismo. Representa el deshielo de las relaciones entre el Consell y el gobierno de Dénia. No es que a partir de ahora vayan a estar a partir un piñón, pero se inicia un periodo de "entente cordiale" y Felipe III, aunque mirase hacia otro lado, fue un silencioso "verificador".