Alcalalí trenza "llata" y futuro

El Feslalí arranca con tradición y etnobotánica y refuerza su mensaje de sostenibilidad y apoyo al mundo rural

Participantes en el taller de 'llata' de Alcalalí

Participantes en el taller de 'llata' de Alcalalí / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

El taller entrelazó a personas de diversas edades. La artesana de Beniarbeig Ana María Seguí y diversas mujeres de Alcalalí enseñaron a jóvenes y niños y niñas a trenzar la 'llata'. "Es fundamental que la gente joven aprenda. La 'llata' estaba punto de perderse", afirma Ana María Seguí. Las escuelas de 'llata' de Pedreguer, Gata, Jesús Pobre o Beniarbeig están recuperando esta tradición. En Alcalalí, se da un paso más. Los participantes en el taller plantaron antes "margallons", la planta que da las hojas del palmito.

"El futuro es enseñar. De lo contrario, no tiraremos adelante la 'llata'", insiste Ana María Seguí. "Claro que es sostenible. Aquí hay piezas (capazos, "barxes") que tienen 50 años. Es un material duradero". Los "cabassets" sustituyen a las bolsas de plástico. Los vecinos de la Marina Alta empiezan a ser conscientes de que la 'llata' es sostenibilidad y futuro.

En Alcalalí, en la plaza, los participantes hacen corro y trenza las pleitas. Desentumecen las manos y los dedos "calcificados" por las pantallas táctiles de los móviles. Hacer 'llata' ejercita la destreza y la paciencia.

El taller enlaza con la esencia del Feslalí. Refuerza su mensaje de sostenibilidad y apoyo al mundo rural. En este primer fin de semana, también ha tenido lugar la ruta etnobotánica. La guía advirtió a los participantes de que el calor está alterando las floraciones. Era habitual ver los campos en enero y febrero tapizados del amarillo del 'agret'. Pero esta planta no ha florecido. En cambio, sí empiezan a brotar las primaverales amapolas.