El peligro de las talas indiscriminadas en los acantilados de Xàbia

El ramaje seco de los pinos en suelo público desmochados para que los chalés tengan vistas agrava en riesgo de que se declare un incendio en las densas masas forestales

La densa masa forestal que baja hasta el mar

La densa masa forestal que baja hasta el mar / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Pinos talados y desmochados. Es una práctica habitual en los acantilados de Xàbia. De la noche a la mañana, se aplica el serrucho en los árboles que crecen en el suelo público y protegido de los acantilados. Los dueños de los chalés quieren asomarse a un horizonte «limpio». Y otra infracción que va a más es la de tirar las podas del jardín ladera abajo.

Pinos desmochados por los dueños de chalés a los que "molestaban" las ramas

Pinos desmochados por los dueños de chalés dado que les tapaban las vistas / A. P. F.

Las talas indiscriminadas y los residuos vegetales arrojados en terrenos públicos agravan el riesgo de incendio. En el litoral de la Falzia, donde eso de desmochar y cortar pinos ocurre con frecuencia, se acumula el ramaje muerto y seco. Hay peligro de que se prenda fuego con la mínima chispa. Esas ramas están, además, en una pinada densísima que baja hasta el mar y que linda con los chalés. Esa masa forestal sufre el estrés hídrico de muchos y muchos meses sin lluvias. Los árboles amarillean. Estos acantilados tienen un gran valor natural y paisajístico.

Ramas cortadas y secas arrojadas en el acantilado

Ramas cortadas y secas arrojadas en el acantilado / A. P. F.

Negligencias

La sequía y las imprudencias son una combinación de máximo riesgo. Desmochar y talar pinos para tener vista es una práctica ilegal y también una negligencia. Esas madejas de ramas secas se convierten en pura pólvora.

En esta zona ya ha ocurrido en los últimos meses algún incendio al arrojarse brasas de chimenea en la masa forestal. En el litoral de la Falzia y el Cap Negre, hay, además, dos miradores turísticos. Los carteles advierten de que está prohibido fumar. Una colilla también puede desatar un incendio. La vegetación está muy seca. Solo faltaba que hubiera ramaje muerto y restos de podas.