Media calle de asfalto y media de tierra en Calp

Vecinos de la urbanización Gran Sol llevan 20 años pidiendo que les arreglen un vial por el que, además, nunca ha pasado la barredora

La peculiar calle de Calp: una acera extresísima, un trozo de asfalto y otro de tierra

La peculiar calle de Calp: una acera extresísima, un trozo de asfalto y otro de tierra / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Nada nuevo bajo el sol en esta calle de la urbanización Gran Sol de Calp. Los vecinos llevan 20 años pidiendo al ayuntamiento que el asfalto también llegue hasta aquí. Se echan las manos a la cabeza cuando ven que se reasfaltan viales que tampoco están tan mal (las operaciones asfalto son una obsesión de los últimos gobiernos locales). Mientras, su calle, que pide a gritos que la arreglen, sigue igual que siempre.

Media calle de asfalto y media de tierra en Calp

Dos de los vecinos que llevan años pidiendo que se reasfalte la calle / A. P. F.

La calle es ciertamente peculiar. La acera es estrechísima, impracticable. Crecen los hierbajos. Luego está el trozo de asfalto, que ocupa algo más de la mitad de la calle. El resto es tierra. Y brotan más hierbajos.

Media calle de asfalto y media de tierra en Calp

Un pegote de asfalto en el bacheado camino / A. P. F.

Los vecinos han presentado mil instancias y quejas. Nada. Explican que hace unas dos décadas se abrió una zanja en la calle. La empresa del agua colocó una tubería para llevar el suministro desde un depósito de impulsión que está aquí a los chalés que se construían y se siguen construyendo en la parte alta de esta urbanización. Agua para arriba y desastre aquí abajo. Luego se asfaltó el tramo donde se abrió la zanja. Pero, por motivos del todo misteriosos, la calle se dejó a medias. La chapuza dura 20 años.

Molestas polvaredas

También explican los residentes que esta calle antes no tenía salida. Luego sí se abrió. Pero el tramo que enlaza con otra calle es de tierra. El vecino que tiene el chalé junto a ese camino advierte de que se montan unas polvaredas de miedo y que a su casa entran casi tormentas de arena. El ruido del traqueteo de los vehículos también es un incordio.

Que ese camino esté sin asfaltar puede ser por que está en tierra (sí, la cosa va de tierra) de nadie. Aquí está justo el linde entre Calp y Benissa. Y ya se sabe: el uno por otro, la casa sin barrer.

Y de barrer también va la cosa. Los vecinos tienen que pasarle la escoba a la calle, ya que la barredora ni se ha dejado ver. «Nunca ha venido», afirma uno de los residentes.

Estos chalés tampoco tienen alcantarillado. A uno de los vecinos le sale en su jardín el agua residual de la fosa séptica de la vivienda que tiene al lado. Asegura que también ha llamado la tira de veces al ayuntamiento. Les ha mandado vídeos del agua pestilente brotando. Tampoco hay respuesta.

Esta calle de Gran Sol está olvidada. Es como si sufriera un eclipse y el ayuntamiento no viera los problemas que denuncian los vecinos y que, tras dos décadas, son ya históricos.

«Aquí nos sentimos abandonados. Es como si no existiéramos. El consistorio afirma que responde a las incidencias que le trasladan los vecinos. Nosotros llevamos 20 años enviándoselas, pero la calle continúa igual», denuncian.