La desembocadura del Girona, verde: "Tendremos mosquitos como puños"

El agua vuelve a estar estancada al taponarse de nuevo con grava y posidonia oceánica la salida del río al mar

Las algas de color verde que cubren el agua de la desembocadura del río Gorgos.

Las algas de color verde que cubren el agua de la desembocadura del río Gorgos. / A.P.F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

«Es que no llueve nada. Aquí lo normal era que el río bajara con agua y rompiera el tapón». Los vecinos de un lado y otro de la desembocadura del río Girona (las urbanizaciones de la margen sur están en término de Dénia y los chalés del otro extremo pertenecen a Els Poblets) observan el agua estancada y empiezan a temer que, de aquí a nada, en cuanto empiece a apretar el calor, emanen desagradables olores y surjan «mosquitos como puños». «Este verano nos van a comer vivos», advirtió uno de los residentes del lado de Els Poblets.

El agua está cubierta de algas verdes. Hay una alfombra que prácticamente tapa toda la lámina de agua. La salida al mar está obstruida por la grava y la posidonia oceánica. Se ha formado un tapón potente.

Hace unos meses el ministerio para la Transición Ecológica abrió la desembocadura. El agua se movía, circulaba. Pero, al no llover nada, el mar termina empujando la grava y los arribazones y vuelve a formarse una barrera. Este tramo final del río Girona está verde.