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Cara a cara por la Pandemia

Es uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos en la crisis: cómo mantener la actividad económica mientras se reserva la salud. El Mercantil Valenciano reúne a la representantes de ambos ámbitos en busca de algún acuerdo

Cara a cara por la Pandemia

En momentos de profundos cambios como el actual, con una pandemia que deja miles de muertos, un aluvión de malas noticias diarias y una creciente crispación política y social, a veces es necesario bajar revoluciones e intentar abordar desde el sosiego temas complejos y que requieren soluciones igualmente difíciles que nunca surgirán de choques frontales. Uno de los mayores problemas que la crisis del coronavirus nos ha puesto delante es el casi imposible equilibrio entre la prevención sanitaria y la supervivencia económica de muchos negocios. El Mercantil Valenciano ha reunido a un representante de cada uno de ambos mundos, mediáticamente enfrentados, para comprobar si las posiciones están tan alejadas como se percibe desde fuera. Por una parte, Salvador Peiró, epidemiólogo investigador en Fisabio y miembro del comité de expertos que asesora al president Ximo Puig, y, por otra, Manuel Espinar, presidente de la Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunitat Valenciana (Conhostur). La salida no se presenta sencilla, pero escuchándoles dialogar se abren más puntos de encuentro de los que podría parecer. Una de las principales conclusiones es que las políticas de comunicación de los gobiernos han fallado, centrándose más en protocolos de desinfección que en ventilación para la hostelería. Con todo, incluso surgen posibles soluciones, como habilitar certificados para que los establecimientos que cumplan los requisitos puedan operar en el interior.

La primera de las cuestiones que sale a colación en la charla es la «criminalización» de los hosteleros que Espinar defiende que está sufriendo el sector porque «todas las medidas y restricciones» que se han ido adoptando han recaído sobre él. Por eso exige ayudas y reivindica los bares y restaurantes como «espacios seguros». Los gestos de Peiró van cambiando conforme avanza su argumentación, evidenciando que entiende lo que está sufriendo el sector pero que discrepa sobre su seguridad. «La hostelería no es culpable sino víctima y necesita ayudas, porque más castigada no puede estar. Pero debe entender que el problema no son ellos sino todo lugar donde se reúnen personas no convivientes. Lo que pasa es que los bares son visibles, no como las casas, pero reciben las mismas medidas que iglesias, gimnasios o sitios similares. Pero la gente va más al bar que a misa y por eso hay más atención mediática sobre ellos. Entiendo su sentimiento por el foco que tienen encima, pero Salud Pública nunca ha criminalizado al sector». E introduce uno de los puntos clave de la conversación: el contagio por aerosoles. «Tenemos pavor a los interiores», asegura ante la evidencia de que un sistema de ventilación que recicla el aire favorece la transmisión del virus.

"Con tasas tan altas no se puede retomar la actividad"

Salvador Peiró - Epidemiólogo y miembro del comité de expertos de Ximo Puig

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Espinar replica: «España tiene el mayor ratio de bares por habitante y sin embargo hay países con mucho menos peso de la hostelería que están peor, o sea que no somos los únicos culpables. Además, las condiciones de ventilación vienen marcadas por la legislación, son obligatorias. Hay que dejar de demonizar los interiores». Pero no convence a Peiró, que responde con evidencias científicas pero que al parecer no han llegado al ciudadanos de a pie ni a la hostelería: «Sin embargo, tenemos montones de ejemplos de contagios en bares a más de dos metros. Demuestran que se dan contagios en las mesas alineadas con el aire acondicionado y no entre los que están enfrente. El contagio por aerosoles requiere tiempo, pero en hostelería se cumple ese tiempo y además sin mascarilla. Solo hay una solución: filtros de alta eficiencia o que haya toma de aire desde el exterior. Si reciclas el aire tenemos un problema».

El grado de certeza que exhibe el epidemiólogo desconcierta a Espinar, representante de un sector al que se le ha insistido desde las distintas administraciones en los protocolos de desinfección de superficies pero apenas en la ventilación. «Si es así, los gobiernos central y autonómico tendrían que haber tomado cartas en el asunto y dictar protocolos sobre filtros y ventilación. Pero aquí nadie dice nada, las medidas han ido enfocadas sobre todo al tocar», reprocha. Y aquí se abre el primer punto de entendimiento. «Estamos de acuerdo», coincide Peiró. «Sorprende que el Gobierno publica por un lado estudios en esa línea a través del CSIC mientras por el otro se hace el loco, porque le obligaría a una gran inversión. Los aerosoles nos obligan a cambiar la perspectiva de muchas cosas: habría que vigilar las mascarillas mal ajustadas, obligar a gastar FFP2 en interiores y forzaría a un gasto enorme a las empresas para instalar filtros EPA —de alta eficiencia—. El Gobierno no afronta el problema», remata. «Pero los que estamos en el medio y salimos perjudicados somos nosotros, los hosteleros», lamenta el presidente de Conhostur ante el asentimiento de Peiró. «La política de comunicación de España ha sido buscar culpables», admite el epidemiólogo, que discrepa de esa estrategia porque «incluso aquello que permitimos conlleva un riesgo».

"Si para la economía, tendremos un doble problema"

Manuel Espinar - Presidente de la Patronal Hostelera de la Comunitat Valenciana

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En lo que no hay acuerdo es en la forma de abordar la actual segunda ola. Mientras el científico aboga por aumentar restricciones, el hostelero pide mejor comunicación y mayor control de las medidas ya existentes, que cree «suficientes». «Hay que conjugar salud y economía. Las muertes deben ser cero pero la economía no puede parar...porque si lo hace tenemos un doble problema de cara a futuro». Se refiere a la relación entre economía y salud. Aquí vuelven a coincidir, y Peiró añade: «Para la salud, la pobreza y la desigualdad son más peligrosas que la covid. La pobreza repercute en la salud y lo vamos a pagar caro. Eso sí, recuperar la actividad con tasas de transmisión altas es imposible».

Otra de las características de la gestión de esta segunda ola es la diversificación de medidas que hay en cada autonomía, lo que genera otro punto de conflicto. Espinar aboga por «volver al mando único» para evitar esos diferentes raseros como los que se dan entre Madrid y Cataluña actualmente, algo que Peiró no ve eficiente. «La unidad de medida mínima del Gobierno son las provincias, lo que no permite la finura con la que puede operar una comunidad autónoma, capaz de adoptar medidas en un pueblo, barrio o incluso edificio. El Gobierno es más bruto en eso, como sucedió en el primer confinamiento, que fue igual en Madrid que en Asturias o Canarias».

La conversación concluye con un agradecimiento de Peiró a la colaboración de la hostelería valenciana, que «en todo momento ha sido solidaria con la Generalitat. Todos han entendido que lo malo para todos lo es también para su negocio y no se han tirado al monte como en otras regiones». Y con un acercamiento a lo que podría ser una solución intermedia: permitir la apertura de terrazas y elaborar protocolos de certificación de ventilación en interiores para ser más selectivos y no castigar a establecimientos «que por su organización no tendrían por qué cerrar», dice Peiró. «Y el que no lo tenga, que se adapte», remata Espinar, que agradece la «enriquecedora» charla, que evidencia «la falta de comunicación» hacia el sector sobre los aerosoles. 

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