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OPINIÓN

15 plagas en 20 años

15 plagas en 20 años

La Junta de Andalucía declaró en diciembre la plaga de cuarentena Scirtothrips aurantii Faure en 13 municipios de Huelva. No es éste, precisamente, un fenómeno nuevo. Es, de hecho, la plaga citrícola foránea que hace 15 en lo que llevamos de siglo: una cada año y cuatro meses. El trips detectado procede probablemente de Sudáfrica y pudo acceder por algún material vegetal introducido ilegalmente. No en vano, su nombre común es el ‘trips sudafricano de los cítricos’ y es bien conocido en aquellas latitudes por los grandes daños que genera.

Tampoco supone novedad alguna que éste sea el origen más probable: se tiene fundada sospecha de que una de cada tres de estas plagas (5 de las 15) pudo llegar desde alguna de las fincas del que es el primer proveedor no comunitario de la UE. Efectivamente, está acreditado genéticamente que el Delottococcus aberiae -que hoy nos causa estragos-entró en 2009 en una partida de naranjas de Limpopo; en parecidos términos se podría hablar del vector africano del devastador HLB, Trioza erytreae (Pontevedra, 2014), que hoy recorre todo el litoral atlántico desde Galicia al puerto luso de Setúbal; del ácaro Eutetranychus orientalis (Málaga, 2002) cuya presencia estaba constatada también en Sudáfrica desde 1990 o de la Toxoptera citricida (Asturias, 2002 y Galicia 2005), que es el pulgón que porta las razas más severas de la tristeza, que se trasladó de Sudáfrica a Sudamérica en los años 60 ó 70, frente a las que nada servirían nuestros patrones tolerantes y que siguió un itinerario de acceso a la Península similar a la Trioza, también desde Madeira. Tampoco resulta extraño que la nueva plaga ahora detectada hubiera superado antes los controles fronterizos europeos y se hubiera constatado ya su presencia en Bélgica, Croacia, Eslovenia y Holanda. Es algo que ha ocurrido incluso con otros peligrosos patógenos, regulados como ‘prioritarios’ por la UE por su impacto económico o ambiental, como la Thaumatotibia leucotreta, con incursiones en Alemania, Lituania, Eslovenia y Holanda o la Bactrocera dorsalis, que antes de instalarse en campos de Italia fue identificada en supermercados o viveros de Austria, Bélgica, Francia y Eslovenia. La UE no aprende o no le interesa aprender. El tratamiento de frío que reclamamos sería garantía para evitar la llegada de frutos contaminados de ambas plagas prioritarias, incluso de cualquier tipo de mosca de la fruta. Por una detección portuaria de Thaumatotibia leucotreta, EE UU obliga a Sudáfrica desde 1997 a realizarlo. Eso es clave.

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