Quartell inicia la cuenta atrás para eliminar la presencia del general franquista Miguel Abriat de su callejero. Y es que después de que el Consejo de Ministro diera luz verde para la celebración de un referéndum para que toda la ciudadanía participe en rebautizar el nombre de la calle, la próxima semana está previsto que se reúna la comisión encargada de fijar la metodología que se seguirá para realizar esta consulta.
Por lo pronto, los vecinos de Quartell ya tienen encima de la mesa los tres nombres entre los que deberán elegir la nueva designación de la calle: calle del Carmen, calle de la Vall de Segó o calle del Sistar. Aunque la fecha de celebración todavía no se ha señalado, el alcalde Pere Campos confía en que, una vez obtenida la autorización del Gobierno central, el referéndum pueda celebrarse antes del próximo verano.
De esta forma, el municipio de Quartell pretende cumplir con los criterios fijados por la Ley de la Memoria, sacando de su callejero la última referencia al franquismo: el general Miguel Abriat. Su nombre se mantenía como topónimo por su vieja vinculación con el municipio.
Abriat, que nació en la localidad puertorriqueña de Aguadilla en 1879, tuvo entre sus lazos con Quartell los inicios de la Unión Musical. De hecho, en 1926, cuando era coronel de infantería destinado en Molina de Aragón, sus gestiones fueron claves para que la banda de Quartell estuviera presente todos los años en las fiestas de aquella localidad de la provincia de Guadalajara.
Sin embargo, no toda su biografía tiene este carácter tan amable. Sus simpatías hacia regímenes autoritarios ya quedarían patentes durante la dictadura de Primo de Rivera. En aquellos años desempeñaría un intensa labor de afiliaciones en favor de la Unión Patriótica, la formación auspiciada por el dictador, mientras era delegado gubernativo en la comarca de La Costera, coincidiendo que su suegro ocupaba el cargo de capitán general de València.
La Guerra Civil le cogió al mando de la IV Brigada de Navarra, cayendo durante las operaciones de las tropas republicanas. Abriat sería confinado en Molina de Aragón hasta ser liberado tras la entrada de las fuerzas franquistas en la localidad. Entre 1939 y 1940 fue nombrado gobernador militar primero en Cartagena y posteriormente en Asturias.
Represión
De esa época, cuando la represión estaba en su momento más brutal, data un artículo, firmado en verano de 1939, en el que abogaba por la afiliación a Falange y aseguraba que para él la guerra no había acabado. En 1942 fue nombrado capitán general de València, cargo que ostentó hasta su paso a la reserva en 1945. En esos años todavía fueron ejecutados en la Comunitat Valenciana más de 500 personas, pese al tiempo que había transcurrido desde el final del conflicto.
Tras su retiro del ejercito, Miguel Abriat pasaría a ser delegado del Gobierno en la Confederación Hidrográfica del Júcar hasta su jubilación en 1968. El militar franquista falleció en 1972.
