La Baronia cuenta por primera vez con un servicio mancomunado de recogida de animales. Un proyecto que lleva más de cuatro años reivindicándose y que resultaba «inviable» por la falta de presupuesto.

Según el presidente de la mancomunitat, Juan Emilio Lostado, con este servicio, «hemos querido dar respuesta a los vecinos que se quejaban de los continuos problemas que generaban los perros abandonados».

Precisamente, es ahora en verano cuando esta circunstancia se hace más acuciante, ya que el número de animales sin hogar crece en función del aumento poblacinal que experimentan estos pueblos en época estival.

El servicio ya ha comenzado a funcionar con un presupuesto de 4.334 euros anuales, que la mancomunitat pagará a un centro canino ubicado en Llíria.

De momento, no todos los municipios de la Baronia disfrutarán de este nuevo servicio mancomunad, ya que Gilet y Albalat dels Tarongers ya cuentan con una empresa que gestiona la recogida a nivel municipal por lo que se sumarán al año que viene.

Por ahora, la empresa ya ha hecho varios servicio en la Baronia, como es el caso de Petrés donde el fallecimiento del dueño de varios perros ha obligado al centro canino a hacerse cargo de ellos, tal y como explicaba el alcalde, Pere Peiró.

Respecto al protocolo de actuación, desde la mancomunitat se explicaba que se pone en marcha con el aviso del vecino al ayuntamiento al que pertenezca. Éste debe describir la situación y la localización del perro. En ese momento, el ayuntamiento se pone en contacto con la empresa para la recogida del animal. Una vez en el centro canino, el ayuntamiento tiene que proceder a la identificación de éste, mediante el chip si lleva, realizando un bando o con fotografías en las distintas redes sociales que utilice con el objetivo de poder localizar al propietario en caso de que el animal esté perdido. Transcurridas las 24 horas sin respuesta, el perro se quedará en el centro canino en busca de una familia de adopción.

Anteriormente, en situaciones muy concretas como es el caso de perros peligrosos, los ayuntamientos contactaban con la Guardia Civil y ésta gestionaba la recogida con protectoras cercanas.