El patrimonio industrial del Port de Sagunt y más concretamente el museo que debe canalizar todo su potencial fue otra vez motivo de debate, gracias a la iniaciativa impulsada desde las asociaciones local Amimo y autonómica Apiva. En la tercera edición de estas jornadas, la imposibilidad de que una de las ponentes llegara a la capital comarcal desde Barcelona limitó la experiencia a la charla de Manuel Cerdà titulada Patrimonio Industrial: De Oliver Twist a Harry Potter y la lectura de un manifiesto, un programa corto, pero que resultó intenso.

En este último, tanto la Asociación de Memoria Industrial y Movimiento Obrero como la Associació de Patrimoni Industrial Valencià plantearon una serie de propuestas, no sin antes reconocer «la realista sensación» de que las dos jornadas ya celebradas tuvieron «poco eco en el ámbito de la gestión política municipal». En estas experiencias previas, algunos de las necesidades planteadas fueron priorizar el elemento humano en la recuperación patrimonial, así como elaborar un plan director.

En cualquier caso, ambos colectivos mantienen la herencia reivindicativa al apostar porque el Museo Industrial se convierta en «elemento vertebrador que permita la aproximación integral y el estudio de todo el patrimonio», en cuyo objetivo reclaman «un pacto preelectoral para garantizar su futuro, sea cual sea el resultado de los próximos comicios locales». Con este acuerdo se pretende comprometer a todas las fuerzas a que este contenedor cultural sea una realidad plena en el plazo máximo de dos años, por lo que pide una partida en los presupuestos municipales de 2019, que tenga continuidad en 2020.

En un tono crítico, el manifiesto también señala las «incertidumbres e incógnitas» que se mantienen sobre el patrimonio industrial, ya que «se ha perdido mucho tiempo, recursos e ilusiones en proyectos megalómanos y en recomponer una fundación lastrada por años de oscurantismo, ineficacia y nula gestión».

Pero más allá de estas conclusiones, el historiador y escritor Manuel Cerdà centró la jornada con su charla y posterior coloquio en los que dejó ideas como «si el futuro del patrimonio industrial debe depender de la sensibilidad del político de turno, estamos apañados». El experto en arqueología industrial, que relató sus vivencias en sendos proyectos desarrollados en Alcoi y Muro, también atizó a «profesionales» y «especialistas» universitarios, que «lo único que pretenden, en última instancia, es hacer currículum» en torno al patrimonio industrial.

Su intervención, según reconoce el mismo, provocó que los representantes políticos municipales que acudieron a la charla fueran abandonándola paulatinamente «parece que mis palabras les molestaban».