Los robos en busca de chatarra han dejado este fin de semana en Gilet al descubierto un pozoa tres metros de profundidad. Se trata del acceso al aljibe de la Font del Pí; un lugar situado en pleno casco urbano que el consistorio quiere recuperar y hacer visitable desde hace más de una década.

En plena operación de rescate de un niño de dos años que cayó a un pozo de Málaga, este lugar de Gilet apareció sin rastro de la reja de hierro que lo protegía con un candado. Por ello, el ayuntamiento optó ayer por sellar la entrada con hormigón «parque no vuelva a pasar», como apuntaba a Levante-EMV el alcalde, Salva Costa.

La desaparición de esta reja fue detectada por el consistorio el pasado domingo por la mañana, cuando un vecino alertó por teléfono a un concejal. «Gracias a que nos llamaron, hemos podido intervenir. Está separado del sitio por donde la gente pasea y no es fácil verlo», decía. Aunque ha habido críticas al tiempo en que se tardó en señalizarlo, Costa aseguraba que «una hora después, aproximadamente, el lugar ya estaba con una valla y precintado», apuntaba además de considerar que «hay que tener en cuenta que el servicio de Policía Local se había reestructurado este fin de semana por los toros de Sant Antoni».