Una noche de fiesta acabó el pasado fin de semana en el Port de Sagunt con varios coches aparcados con el retrovisor destrozado por un joven menor de edad que los iba rompiendo de una patada, mientras un amigo le grababa en vídeo entre risas.

El mismo autor de los daños publicó luego las imágenes en su cuenta de Instagram y pronto se difundieron ampliamente, si bien ayer los dos chavales ya habían borrado perfiles en las redes sociales.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del viernes al sábado y los destrozos que muestran las imágenes se realizaron entre la avenida del Mediterráneo, que linda con el paseo marítimo, y la avenida Camp de Morvedre.

El sábado, el joven que había ocasionado los daños acudió a comisaría acompañado por sus padres para reconocer lo sucedido, según han confirmado fuentes policiales a Levante-EMV, que añadían que el chaval no cuenta con antecedentes policiales.

Ayer, en la comisaría, aún estaban a la espera de recabar los datos de todos los coches afectados pues la cuantía de los desperfectos determinará el tipo de pena a aplicar. Aún así, cualquier daño a una propiedad ajena se considera delito en el actual Código Penal. Si no excede de 400 euros, es de carácter leve y está castigado con una pena de multa, pero desde la reforma del Código Penal en julio de 2015 ya no se considera «falta» al de una cuantía inferior a esa cantidad.

Los destrozos de retrovisores en el Port de Sagunt se produjeron apenas 13 días después de que al menos 50 coches aparcados en varias poblaciones de L'Horta Nord aparecieran con los retrovisores rotos, en concreto, esos casos se dieron en Massamagrell y la Pobla de Farnals si bien días atrás ya había ocurrido lo mismo en otras localidades próximas como El Puig y Rafelbunyol, como informó este diario.