«Fue todo rapidito. Visto y no visto». Así resumía Amparo a Levante-EMV el robo que se vivió el pasado lunes en la terraza de un bar de Sagunt mientras ella y otros integrantes de una asociación pagaban los 12 euros por papeleta que habían tocado en el sorteo de Navidad. Al darse cuenta de lo que estaban haciendo, un chico que poco antes se había tomado allí mismo una consumición volvió para arrebatarles los más de 900 euros que habían llevado para repartir.

«Nos habíamos puesto en una mesa de la esquina, dentro de la carpa que protege la terraza. Estábamos allí tranquilamente con unas 8 ó 10 mujeres que habían venido a cobrar cuando entró corriendo por la parte de la acera, se lanzó sobre nuestra mesa, empujó a un señor y nos quitó la caja donde teníamos el dinero. Al llevársela, le dio un golpe a una mujer con la caja en la cabeza y luego casi tira al suelo a otra señora que iba andando», explicaba a este diario una de las afectadas tras resaltar que, por suerte, nadie requirió asistencia médica.

Los hechos se produjeron sobre las 18,30 horas y dieron al traste con la ilusión que tenían los organizadores de las fiestas del barrio de Santa Anna, al poder compartir que la suerte les había sonreído un poco en el sorteo de Navidad, cuando vendieron papeletas a 3 euros.

Aún así, los afectados aseguraban que la policía ya tiene claro quién es el ladrón. «Nosotros no lo conocemos, pero al llevarse la caja, se le cayó el teléfono móvil, así que lo tienen bien identificado», contaban.

Para los integrantes de la asociación, no hay dudas de que el robo fue realizado con ayuda del joven que, poco antes, había estado con el ladrón en el mismo bar. «Cuando acabaron sus cervezas, antes de irse, se acercaron a nosotros y nos dejaron unas tarjetas de visita, contando que eran de una empresa. Luego, vinieron con un coche, pararon al lado del bar y, en cuanto el chico se llevó la caja, se subió enseguida y se fueron», apuntaban.

A la vista de lo sucedido, en la asociación han decidido no volver a repartir el premio en la terraza del bar. «No nos queremos arriesgar», decía Amparo tras recalcar que nunca había imaginado que les pudiera pasar algo así y que en ningún momento sospecharon que los jóvenes de la mesa cercana les pudieran acabar robando.