La «procesionaria del pino» se está extendiendo con fuerza por la montaña de Sant Cristòfol de Sagunt, una zona cercana al casco urbano, frecuentada por personas de todas las edades y, especialmente, por quienes acuden a pasear sus mascotas.

La virulencia con la que ha afectado esta plaga a algunos árboles de pequeño tamaño ha alertado especialmente a los habituales del lugar pues hay numerosas «bolsas de gusanos» muy cerca del suelo, lo que aumenta las posibilidades de que cualquier persona o animal pueda acabar teniendo problemas de salud teniendo en cuenta lo que advierte la misma Conselleria de Agricultura: Que los pelos de estas orugas causan irritaciones tanto enlos ojos, como en la piel y resultan particularmente peligrosos para las mascotas, ya que pueden ingerirlos.

«Es impresionante. Como las bolsas están tan cerca del suelo, es más fácil que ocasionen problemas que en cuando están en las copas de los árboles», comentaba a Levante-EMV un residente por la zona que suele pasear por allí con su perro y ahora ha cambiado su itinerario para evitar problemas. «El ayuntamiento, la conselleria o quien sea deberían hacer algo porque esto es algo que pueda dar muchos problemas», añadía.

A preguntas de este diario, responsables del gobierno local aseguraban estar haciendo gestiones para tener claro quién es el organismo competente para actuar en esta zona de monte. «Es un tema complejo, pues se trata de un terreno forestal donde el Consell Local Agrari no actúa, pero es un asunto que estamos mirando para averiguar quién debe hacerse cargo», apuntaba la edil de responsable de este organismo, Gloria Parra.

Desde la empresa municipal que se encarga de los jardines, la SAG, explicaban que su cometido en esta zona solo incluye el colegio Sant Cristóbal y las áreas urbanas, pero no la forestal.

La empresa municipal, de hecho, ya cuenta con años de experiencia en combatir la procesionaria del pino, como hace por ejemplo en la ronda peatonal que circunda el Castillo.

Precisamente en este punto, vecinos del lugar detectaron recientemente bolsas de «procesionaria» en varios pinos y, gracias a los tratamientos realizados por la SAG, esta semana ya no hay rastro de ella. «En este caso, se trató con endoterapia, que consiste en inyectar al árbol un sustancia, de modo que se actúa sobre la plaga pero sin perjudicar el medio ambiente», explicaba a este rotativo el gerente de la empresa, Enrique Catalá, tras asegurar que también se controla esta plaga con aceites ecológicos, trampas para orugas y mariposas, así como con la retirada manual de los bolsones. Pero siempre en zona urbana.