Una vecina del Port de Sagunt de 46 años fue detenida recientemente por la Policía Nacional al ser sospechosa de 12 delitos de hurto de joyas en la residencia de ancianos donde trabajaba como cuidadora.

Los investigadores creen que, durante el último año, la mujer se aprovechó de su confianza con los residentes para apoderarse de sus joyas y después venderlas en casas de compra-venta de oro.

Se calcula que el valor total de lo robado asciende a unos 7.000 euros. La mayoría del botín eran alianzas, pendientes, sortijas, cadenas, colgantes y relojes.

Según las investigaciones, la ahora detenida aprovechaba los momentos de cambio de vestuario, aseo personal o traslado de los usuarios a hospitales para acceder a sus habitaciones y apoderarse de las joyas. Además, puesto que una mayoría de las víctimas tenían sus capacidades mermadas, la mujer les habría hecho creer que habían extraviado sus alhajas, por lo que no había ninguna denuncia de estos hechos ni tampoco constancia en la residencia.

Los policías llevaron a cabo dos registros domiciliarios en la localidad en los que encontraron e intervinieron parte de las joyas robadas, de forma que pudieron devolver algunas de ellas a sus legítimos propietarios o a sus familiares pues otras ya habían sido fundidas tras ser vendidas.