Petrés ha descubierto nuevos datos de su Castillo (XIV-XV), fortaleza en la que uno de los mejores generales de Napoleón, el mariscal Suchet, fijó su residencia junto a toda su familia durante la batalla de Sagunto (1811), librada durante la Guerra de la Independencia.
Las excavaciones han sacado a la luz una arqueta por la que entraba el agua de lluvia al inmueble, junto a la que existían una serie de canalizaciones y acequias, hasta ahora desconocidas, que finalizaban en el aljibe, que abastecía de suministro a todo el castillo. «Muchos sabían de este aljibe , pero hasta ahora no se conocía de dónde procedía el agua que éste almacenaba hasta que la obra ha dado con esta arqueta tras el estudio de la sucesión de pavimentos», comentaba el arqueólogo José Ferrandis. Una arqueta que se dejará vista y que recuperará sus canalizaciones sepultadas bajo tierra y piedra.
La intervención también ha dejado a la vista tres tipos de pavimentos. El primero de ellos el original, de mortero arcilloso, que pone de manifiesto que el castillo data del s.XV. El segundo es de losa de rodeno y el tercero, de canto rodado, lo que se conoce como empedrado. Estos tres tipos de suelo evidencian que el patio de armas sufrió tres restauraciones, la última en el s.XVIII., fecha a la que corresponde el tercero de los pavimentos
Además de estos hallazgos, la actuación en superficie ha tenido como objetivo acabar con las filtraciones existentes para poder «salvaguardar las galerías subterráneas, que a nivel arquitectónico son los elementos mejor conservados del patio», explicaba el técnico.
Esta obra ha implicado una impermeabilización del suelo para proteger las bóvedas, intervención que ha conllevado la colocación de un nuevo pavimento que emula al original, con mortero de cal. Para ello, ha sido necesario la realización de un rebaje del nivel, que ha permitido conocer la altura original de las almenas y recuperarlas, ya que acumulaban una buena capa de sedimentos que las hacía más bajas de lo normal. También se han puesto en funcionamiento todas las gárgolas y desagües de la zona.
Otro de los hallazgos destacados ha sido el de una garita situada en el centro del recinto. Este puesto militar ratifica que el patio de armas era la entrada al Castillo, paso obligatorio para acceder a la puerta principal. «Esta pequeña construcción nos ayuda a interpretar y a reconocer la función que ha tenido la plaza de armas. Por un lado, controlar el acceso al castillo y por otro, vigilar el valle del Palància, que era el camino natural entre Valencia y Aragón y un lugar de gran importancia estratégica», añadía Ferrandis.
Los trabajos arqueológicos llevados a cabo en esta zona del inmueble, han permitido además la puesta en valor de esta explanada de más de 500 metros cuadrados, (patio de armas) que podrá utilizarse para distintos usos culturales. «Era un campo de tierra lleno de sedimento y matojos y le hemos devuelto su esplendor y dado una funcionalidad», apuntaba el arqueólogo, quien ha trabajado junto a otros compañeros en este Bien de Interés Cultural (BIC).
La actuación, que ha contado con la codirección del arqueólogo Antoni Sáez, permitirá darle un uso cultural al patio de armas que hasta ahora quedaba relegado a un mero descampado. «El objetivo es sin duda convertirlo en un contenedor cultural al aire libre», apuntaba el alcalde, Pere Peiró, para lo que ha sido decisiva esta intervención, aunque no será la única, ya que los arqueólogos han comenzado una segunda fase que culminará en unos meses y que servirá para conocer más aspectos de la historia de este monumento a través de sus piedras, que volverán a arrojar luz sobre las innumerables incógnitas que rodean el origen, la funcionalidad y la vida del Castillo de Petrés, uno de los más importantes de la Baronia.
