Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La situación del monte obliga a actuar a los cazadores

Sus gastos se disparan al tener que llevar más comida y agua a los animales

Construcción de una balsa Federación de caza

La falta de agua y alimento en el monte ha obligado a los cazadores del Camp de Morvedre a aportar estos suministros de manera artificial para mantener en condiciones los cotos y preservar la vida de cientos de animales. Una coyuntura que ha disparado los gastos de las sociedades entre un 40 y un 50 % , tal y como revelaban a Levante-EMV algunos presidentes.

El origen de este incremento del gasto está en la sequía que los montes de esta zona vienen padeciendo desde hace meses, lo que ha generado una falta alarmante de comida y agua que pone en riesgo la supervivencia de muchos animales y complica su reproducción.

Ante esta situación, los cazadores se han viso obligados a multiplicar los puntos de agua, construyendo nuevos bebederos y balsas. Pero además, han desplazado cubas hasta los mismos cotos para poder abastecer de agua a los animales. Un cometido este último que ya se realizaba pero que este año han tenido que triplicar, adelantaban a este diario.

Lo mismo ha sucedido con la comida. «Falta verde en el monte», explicaba el presidente de una asociación de la Baronia, refiriéndose a la ausencia de hierbas, frutos y plantas de las que suelen alimentarse los animales de los cotos.

Para paliar este déficit de comida, los cazadores han tenido que abastecer los comederos que ellos mismos tienen habilitados de pienso (trigo) para que los animales puedan alimentarse.

Esto ha supuesto un aumento considerable de los costos de mantenimiento, que según algunos cazadores, puede poner en «jaque» la temporada de caza. Sobre todo la caza menor, y en concreto,  la temporada de perdiz y de conejo, ya que sus poblaciones se han visto seriamente afectadas a causa de la sequía en buena parte de Morvedre.

Habrá que esperar unos días para ver su desarrollo, puesto que la veda general (apertura de todas las modalidades) se abría el pasado 12 de octubre.

Otro de los factores que ha disparado el gasto de mantenimiento de los cotos es el precio de los materiales de construcción y la mano de obra. «Los nuevos bebederos, balsas y comedores , los hemos tenido que encargar a hacer y eso ha supuesto un costo elevado respecto a otros años dado el aumento del precios de las materias primas», explicaban cazadores de Sagunt.

Pese al temor a que la sequía pudiera afectar a la caza menor, no ha sido así con la caza mayor. Los aficionados que practican esta modalidad y en concreto, el jabalí, han adelantado, que no ha habido cambios respecto a años anteriores, es más, aseguraban que incluso se ha visto más población de cochinos que otros años. «Estos no tiene problema, se adaptan a cualquier circunstancia. Crían muy bien y varias veces al año y si no tienen comida, se las ingenian para conseguirla bajando a las ciudades o arrasando con la huerta perdida», apuntan.

La cabra montesa llega a la Calderona

La falta de comida y agua también provoca que muchos animales cambien de hábitat de forma regular. Ya pasó con el corzo, que no era habitual en la comarca de Morvedre y ahora ya cuenta con una población estable. Es más, algunos cotos ya disponen de precintos para su caza.

Lo mismo está ocurriendo con la cabra montesa, que sí se ha dejado ver por algunas zonas de la Sierra Espadán. Sin embargo, hay cazadores que aseguran haber visto algún ejemplar en la Calderona, en esta comarca; un dato que desde la Federación de caza no han podido confirmar, de momento.

Compartir el artículo

stats