Unos saguntinos sufren daños de más de 15.000 € por unos okupas

Los propietarios lamentan que sus inquilinos en Onda gastaron en solo tres meses más de un millón de litros de agua, la mitad de una piscina olímpica

Estado de la cocina.

Estado de la cocina. / Levante-EMV

David Donaire

El calvario continúa para el matrimonio saguntino que ha podido recuperar al fin la casa que posee en el casco histórico de Onda, tres años después de que sus inquilinos se convirtieran en okupas, como ayer adelantó Levante-EMV.

Tras conseguir volver a entrar a su propiedad después de que una jueza ordenara el lanzamiento de los okupas (el desahucio fue el 10 de abril, aunque todo apunta a que los moradores habían abandonado el domicilio meses antes), la pesadilla para la pareja aún sigue pues calculan que los múltiples destrozos y pérdidas sufridos superan los 15.000 euros. 

Después de recuperar la posesión del inmueble hace una semana, lo primero que han hecho es cambiar la cerradura. El siguiente paso ha sido vaciar la ingente cantidad de residuos que había por todas las estancias. Una estampa más propia de un vertedero insalubre que de un hogar familiar. «Encontramos la vivienda llena de basura, en algunos lugares no había posibilidad de atravesar una habitación. En la cocina, la pila de residuos llegaba casi hasta el techo», enumeran. Había desechos de todo tipo, aunque la inmensa mayoría eran botellas, cajas de vino, cajas de cigarrillos, latas de cerveza y restos de comida", cuentan. 

Estado de los lavabos.

Estado de los lavabos. / Levante-EMV

Lo peor es que no solo había materiales inertes, sino también vivos, ya que cuentan que también se han topado con «unas cuantas ratas y muchos excrementos». Como viven en Sagunt y son «personas mayores y con problemas de salud», para acelerar este desescombro de basura pagaron 600 euros a unos vecinos de su domicilio en Onda. Cargaron toda la inmundicia en sacas y bolsas y fueron depositándolas en un vehículo para tirarlas al contenedor. «No sabemos cuántos viajes habrán podido hacer, pero allí dentro había muchos kilos de mierda», afirman.

Desmesurado consumo de agua

El gasto más sangrante que denota cómo era el comportamiento de los antiguos inquilinos es el del desmesurado consumo de agua. En tres meses, los okupas se ventilaron nada más y nada menos que 1.222 metros cúbicos de agua (1,2 millones de litros). Una cifra que equivale a la mitad de una piscina olímpica. Según los últimos datos del INE, una persona gasta al día 133 litros de agua de media, por lo que los tres moradores (en el contrato figuraban tres, pero vivían más personas) derrocharon en tres meses lo que 25 personas consumen de promedio al año. Por ello, los propietarios tienen claro que «dejaron los grifos abiertos 24 horas al día deliberadamente».  

Otra imagen de la casa.

Otra imagen de la casa. / Levante-EMV

Aunque los dueños cortaron el agua en el 2021, la deuda solo en materia hídrica es de 3.000 euros, por lo que hasta que no paguen lo que deben, no podrán recuperar el suministro. Lo mismo ocurre con la electricidad, aunque en este caso no saben aún los costes. 

Pérdidas de más de 15.000 €

Con un alquiler mensual de 300 euros, contando que los okupas estuvieron 40 meses hasta que llegó la orden judicial de desahucio, el matrimonio calcula que tenía que haber cobrado 12.000 euros, por lo que este calvario se traduce de entrada en pérdidas de más de 15.000. Lógicamente seguirán hasta el final con el proceso judicial para tratar de recuperar el dinero, pero nadie les garantiza que vayan a conseguir algo. «Estamos sin recursos y con una casa que no sirve para nada, llena de deudas hasta arriba y hecha una mierda. Estamos desesperados», concluyen.