El «pequeño Samurai», el piloto al que sólo le faltó ser campeón del mundo de MotoGP para coronarse en las tres categorías, correrá el domingo su última carrera. Aunque su despedida oficial será el domingo, sobre la pista, Dani Pedrosa (Sabadell, 1985) dijo adiós ayer en la sala de prensa del Circuit Ricardo Tormo tras 13 temporadas en la máxima cilindrada. Ya es el vigésimo noveno piloto que entra en el Salón de la Fama (Hall of Fame) de las Leyendas del campeonato del mundo de motociclismo. Recibió la medalla que lo acredita como tal de manos de Carmelo Ezpeleta, presidente de Dorna, la organización de la competición, y en presencia del venezolano Vito Ippolito, presidente de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM).

El hecho de no haber conseguido ser campeón del mundo de MotoGP siempre será el «lastre» de su carrera deportiva, aseguró el propio Pedrosa en una sala de prensa abarrotada. Siempre estuvo condicionado por su pequeño físico (1,58 metros de estatura) y la mala suerte que arrastró con las lesiones. La estatura sí que fue una baza en las categorías bajas. Subió a 500 cc (actual MotoGP) después de ser campeón del mundo de manera consecutiva en la cilindrada de 125 c.c. en 2003, y en 250 c.c. tanto en 2004 como en 2005. Desde entonces, ha sido considerado como el piloto más técnico del Mundial.

«Es un momento muy especial, extraño por saber que ya es la última carrera. Estoy muy feliz, aunque 'realizado' sería una buena palabra», apostilló. «Estoy orgulloso porque ha habido barreras importantes y a pesar de los números, de ganar o perder, siempre hay barreras, y eso es lo que hace las cosas difíciles y marca la diferencia sobre muchas cosas, por lo que poder superar esas barreras con más o menos tiempo es de lo que más orgulloso me siento», destacó Pedrosa.

Pedrosa recordó sus comienzos: «Cuando empezó todo en 1999 era todo nuevo, la criba fue increíble y todo fue encajando, y al final se abrió la puerta a muchas generaciones y creo que eso es lo que me llevé. Fue un momento donde salimos muchos pilotos y hemos estado luchando todo el camino hasta llegar aquí, así que estoy muy contento de recordar que ese momento quedará como un punto de inflexión», subrayó Pedrosa.

Con 54 victorias en su palmarés, 7 las firmó en Cheste: «Este es un circuito especial, se me da bien. Ahora es un momento muy especial, extraño por saber que ya es la última carrera». Sobre sus opciones el domingo, fue sincero: «Me gustaría salir por la puerta grande, pero está siendo un año muy difícil y no puedo garantizar que vaya a ser así. Ya veremos cómo está el trazado con la lluvia y si podemos aprovechar estar energía para acabar bien».