El Pantano de Elx y su sendero son uno de los atractivos más visitados en la ciudad por los amantes de la naturaleza. Un lugar que permite admirar en todo su esplender el patrimonio natural y cultural de la zona. Las excursiones a este paraje se han multiplicado desde que el sendero fuera acondicionado hace unos cuatro años y sobre todo a raíz de la pandemia, cuando la gente necesitaba esparcirse en lugares al aire libre.
El recorrido y los puntos de interés
Hay varias rutas posibles, pero quienes se encuentran en buenas condiciones físicas y optan por realizar la ruta completa (en total son 8 kilómetros) parten desde el Molí del Real. Allí, en la ladera del río, empiezan las quedadas para subir hasta la presa, la primera del mundo en forma de arco desde época romana. Los que llegan hasta el final disfrutan del embalse, un tesoro para muchos desconocido. Pero por el camino encontramos barrancos y cuencas, acequias, pintorescos acueductos y la imponente presa de 23 metros de altura y 62 metros de radio medio de curva, construida sobre el río Vinalopó.
Historia de la presa
En 1589, ante la acuciante falta de agua en la zona, se decidió construir la presa, la primera en arco que se construyó en Europa desde la antigua Roma. Los trabajos de construcción comenzaron en 1632, estando en actividad durante más de un siglo pero, en 1793, la presa quedó destruida por una enorme riada de agua y hasta 1843 no volvió a ponerse en funcionamiento; actualmente goza de un ivel bastante bueno de agua, sobre todo en los meses de invierno.
Un antiguo puente y su mirador, el de los «Cinco Ojos», y un molino de agua son otros de los atractivos con los que te toparán durante el itinerario, durante el cual podrás hacer una parada para reponer fuerzas en el merendero habilitado en la zona.
Es una de las pocas obras de esta magnitud en nuestra comunidad y que se ha ido transformando, con el paso del tiempo, en un paraje natural repleto de fauna y flora de especial protección. La ruta, que conecta Elx con el paraje natural municipal de los Aljezares, ya en el término municipal de Aspe, es relativamente sencilla y accesible, puesto que no existen obstáculos ni puntos peligrosos. Una opción idónea para practicar senderismo y ciclismo y apta para ir con niños.
Un antiguo puente y su mirador, el de los «Cinco Ojos», y un molino de agua son otros de los atractivos con los que te toparán durante el itinerario, durante el cual podrás hacer una parada para reponer fuerzas en el merendero habilitado en la zona.
El paseo ofrece la oportunidad también de contemplar especies típicas de zonas húmedas, pero también la fauna y la flora característica de espacios semiáridos. Además, está señalizado y cuenta con paneles informativos, pasarelas, barandillas, etc. Para acabar el recorrido se puede pasear por un pantalán flotante de 80 metros de longitud sobre el embalse, que une la cola del pantano con la presa.
