Las playas de Benicàssim, con sus villas, constituyen un lugar único que visitar periódicamente dentro de la costa de la Comunitat Valenciana. En él, un rico patrimonio arquitectónico, de entre las dos últimas décadas del siglo XIX y más allá de la primera mitad del siglo XX, se conjuga con uno de nuestros recursos turísticos más apreciados, el mar.

Villa María (1925) de estilo tardoelecticista, obra del arquitecto Francesc Maristany, restaurada en los últimos años. Tomàs Roselló

Estas singulares construcciones, de segunda residencia, son testigo de la época de esplendor que vivieron familias adineradas valencianas y castellonenses y de otras partes del Estado español, que supieron apreciar este singular paraje. Esto fue posible gracias a la mejora de las comunicaciones terrestres del municipio en el segundo tercio del siglo XIX, como fue el caso de la línea de ferrocarril de València a Tarragona, que favoreció que esta burguesía levantara sus casas de veraneo en primera línea de playa, en la cual podían realizar los saludables baños de mar. Estas villas, que deben en muchos casos sus nombres a las que fueron sus propietarias originales, fueron promovidas por relevantes familias como los Albacar, los Gens, los Dávalos o los Bau. Es por ello que destacados personajes, como la soprano Lucrecia Bori (1887-1960), se alojaron en ellas y también, por este motivo, albergaron destacados eventos sociales y culturales. Además fueron proyectadas, en algunos casos, por destacados arquitectos como Vicente Traver (1888-1966) o Francesc Maristany (1897-1950).

Villa Victoria (1911) que fue propiedad de la familia Albacar y en la que veraneo la soprano Lucrecia Bori. Además fue escenario de la miniserie sobre la vida de Blasco Ibáñez dirigida por Berlanga en los años noventa. Tomàs Roselló

En estas edificaciones observamos variados estilos arquitectónicos propios de los diversos períodos que abarcan el marco temporal en el que se construyeron, que van desde las diferentes tendencias del eclecticismo, pasando por el tardoelecticismo hasta el racionalismo, estilos estos dos últimos que convivieron e incluso se intercalaron en el tiempo. En consecuencia, encontramos villas de diferentes alturas, volúmenes, características y elementos decorativos, en las que es habitual la presencia de un porche delantero con vistas al mar precedido de un jardín.

Villa María del Carmen (1933) de estilo racionalista Tomàs Roselló

Por otro lado, durante la Guerra Civil tuvieron usos diversos, ya que acogieron a los miembros de las Brigadas Internacionales y a conocidos intelectuales como Ernest Hemingway (1899-1961) o John Dos Passos (1896-1970), como se recoge en los paneles informativos del Ayuntamiento de Benicàssim que las señalizan. E incluso han sido escenario de rodajes cinematográficos desde los años cincuenta, a cargo de destacados directores como Luis García Berlanga (1921-2010), los cuales se extienden hasta época reciente.

Villa Elisa (1943) de estilo tardoelecticista de posguerra, obra del arquitecto Vicente Traver, que actualmente alberga un centro cultural municipal. T. Roselló

Actualmente en las playas de la Torre Sant Vicent, Almadrava y Voramar se conservan un importante número de villas de interés recayentes al Paseo Bernat Artola y Pilar Coloma de Benicàssim. En la mayoría de casos éstas han mantenido su uso residencial original, aunque en otros han pasado a tener uso hostelero o incluso cultural al ser de propiedad municipal. Su estado de conservación es bueno, fruto de la visión de Antonio Gimeno (1930-2020) que, como concejal del municipio, promovió su protección. Sin embargo su catalogación, en algunos casos, no ha impedido reformas impropias como sobreelevaciones que han desvirtuado su imagen original. Es por ello, que estamos ante un rico patrimonio que es necesario preservar adecuadamente y difundir.