En demasiadas ocasiones, el turismo se centra en los elementos patrimoniales e históricos, en calles, palacios, castillos o casonas. Monumentos o infraestructura que son historia de los municipios. Pero se obvia, demasiado a menudo, que la idiosincrasia de un territorio también está definida por quien la habita, mucho más allá de las personas: los animales y, en este caso, las aves, también determinan las características de una zona geográfica.

Así que más allá de las rutas senderistas del Valle de Cofrentes -interminables-, el próximo 26 de noviembre se realizará una jornada completa a través de dos rutas ornitológicas, la que bordea el Cabriel y la que va por los Embarcaderos.

Según explican en la organización, el punto de encuentro será el casco urbano, en un lugar donde se realizará una charla introductoria a las 9:30 de la mañana de las especies que se prevé ver. Estará a cargo de especialistas en observación de aves, que también facilitarán prismáticos y telescopio para poder realizar la avistación correctamente.

Las dos rutas ornitológicas pueden hacerse de forma separada o, como en esta actividad proponen, hacerlas una detrás de otra a través de tramos que se corresponden con algunos PR del municipio. Todos ellos cuentan con paneles ilustrativos de las aves que pueden divisarse así como miradores desde donde hacer la observación.

Aves en Cofrentes

Así que, la ruta comienza siguiendo el cauce del río Cabriel para avistar las aves del entorno urbano así como las relacionadas con el bosque de las orillas del río. En concreto, hay dos tipos de bosque: el de galería y el de pino y matorral mediterráneo. En el primero de ellos se pueden divisar aves de agua como las Garzas reales, el cormorán, el martín pescador o las lavanderas. Hay otras especies que utilizan los árboles de ribera como la Oropéndola, el pico picapinos y el Pito Real. También hay aves rapaces, que siempre es un lujo poder ver, como los cernícalos en los cortados rocosos.

Mientras, en el bosque de pino será más fácil poder avistar Mitos, Carboneros, Pinzones, Currucas y si hay suerte, algún Águila calzada.

Una vez terminado este recorrido junto al río, la organización propone desplazarse en coche hasta el inicio de la segunda ruta, la de los Embarcaderos.

Allí se recorre toda la orilla del embalse que atrapa las aguas del Xúquer y del Cabriel, por lo que es un lugar idóneo para el avistamiento de aves acuáticas al tener ricas aguas donde alimentarse.

El antiquísimo puente de Vadocañas sigue facilitando el cruce del indomable río Cabriel. Picasa

Lo habitual es poder observar aves entre el cañaveral, como el Aguilucho lagunero, la Gallineta o Golondrinas, mientras que en el agua se pueden ver las Fochas, los Azulones o los Somormujos. Sin embargo, no directamente en el embalse, sino sobre las montañas que lo rodean, se pueden avistar ejemplares del Águila rea y el Águila culebrera que las sobrevuelan en busca de presas para cazar.

Precisamente en ese entorno, en las laderas de roca habitan otras especies como la Collalba negra, el Roquero soliteraio o las Tarabillas, mientras que en la vegetación de las orillas revolotean otras aves mucho más pequeñas como el Pájaro moscón, los Jilgueros, los Verdecillos y los Carboneros.

Aves estacionales

Cabe recordar que más allá de las aves que puedan habitar permanentemente en este entorno, otras lo hacen de forma temporal. Ahora, entre el otoño y el invierno, es uno de los mejores momentos para avisar algunas especies como el Petirojo europeo, característico por su cantar, así como algunos ejemplares del Cormorán grande que se deja caer en este embalse pese a que es la costa su entorno preferido.

También el Somormujo Lavanco o el Aguiluño Lagunero continental pueden llegar a observarse. Esta última especie tiene en el Valle de Cofrentes su entorno de anidación, y poder encontrarlos mientras están de caza es un verdadero espectáculo.