Del mismo modo que las fallas están consideradas como una expresión artística única, declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, los vinos amparados por la Denominación de Origen Valencia son creaciones enológicas únicas que llevan el nombre y el distintivo de la región por todos los rincones del mundo. Cada botella elaborada por las decenas de bodegas que conforman esta demarcación vitivinícola cuenta una historia basada en la tradición, el terroir, el clima y el buen hacer de cientos de agricultores y enólogos, generando una experiencia sensorial que va mucho más allá del paladar.

Uno de los vinos con DO Valencia. LEVANTE-EMV

Singularidad, diversidad y altas cotas de calidad definen unos vinos bañados por la brisa del Mediterráneo que armonizan a la perfección con todo aquello que evoca las celebraciones falleras. Desde la paella hasta los buñuelos de calabaza, cada plato tradicional tiene su maridaje perfecto con algunos de los vinos de la DO Valencia. Frescos y aromáticos blancos elaborados con uvas tan típicas como la Moscatel y con otras autóctonas como las Merseguera, Malvasía o Verdil, rosados golosos y refrescantes, tintos complejos de varietales que dibujan el paisaje de un territorio con siglos de tradición vinícola y, como no, la tradicional Mistela valenciana, un vino de licor elaborado a base de uvas de Moscatel que durante estas fiestas endulza el paladar de miles de valencianos.

La Denominación de Origen Valencia es una de las mejor consideradas por el consumidor. Su Consejo regulador, constituido en la década de los años 50 del pasado siglo XX, tiene como principal objetivo garantizar el origen y la calidad de los vinos que ampara, controlando su producción, promocionando y difundiendo su conocimiento y su calidad y defendiendo asimismo, los intereses de las decenas de bodegas y miles de viticultores a los que representa. El potencial vitícola de la DO Valencia se reparte en cuatro subzonas de producción, todas ellas salpicadas por entrañables y pintorescas poblaciones impregnadas por un encanto singular.

Sed de Valencia. LEVANTE-EMV

La subzona del Alto Turia está situada en el área más al norte de la DO Valencia. Son tierras de altas cumbres, inviernos rigurosos y veranos secos. La viña crece allí en condiciones extremas a una altitud entre los 700 y los 1.100 metros sobre el nivel del mar. Es una zona de enorme tradición en variedades blancas, siendo la Merseguera y la Macabeo las protagonistas. Además la llegada de nuevos proyectos a esta zona han reactivado con enorme fuerza una zona donde se practica una viticultura de montaña, cuyas condiciones geográficas y climáticas dan como resultado vinos de enorme personalidad, vinos de altura, fruto de esas condiciones.

Las subzonas con mayor tradición en la elaboración de vinos típicos valencianos son Valentino y Moscatel de Valencia, en la parte central de la provincia, la primera con blancos ligeros, afrutados y aromáticos, y tintos suaves y redondos, y la segunda con vinos de licor con una graduación alcohólica mínima de 15º y un aroma particular, fluido y suave, aunque también se utiliza en la elaboración de vinos secos y dulces de moscatel, prestigiosos vinos espumosos, así como para potenciar los aromas de moscatel en otros vinos blancos.

Y por último, Clariano, situada al sur, donde se producen blancos ligeros, pajizos y aromáticos, y tintos color rubí, francos de nariz, de extenso aroma y sabrosos en boca. Es precisamente esta subzona (en concreto los territorios que comprenden los términos municipales de La Font de la Figuera, Moixent y Fontanars dels Alforins) la que mejor ha sabido reinterpretar su patrimonio vitícola, recuperando antiguas variedades autóctonas en peligro de extinción y apostando por un estilo de vino de perfil mediterráneo.

Cada copa de vino de la DO Valencia complementa a la perfección la riqueza gastronómica que propone València en las Fallas, platos y bocados que armonizan con unos vinos con alma Mediterránea, un maridaje excepcional que no es solo una experiencia culinaria, sino un viaje emocional a través de la fiesta y cultura valenciana. Una armonía que nos provoca ‘Sed de Valencia’.