El pasado mes de junio se declaró un nuevo brote de neumonía por legionela en Alcoi, hecho que desmentía todos los anuncios oficiales de que el problema estaba controlado. Posteriormente e incluso sorprendiendo a los responsables de la Consellería de Sanidad la aparición de un nuevo brote todavía abierto y que hasta la fecha ha acumulado unos 20 casos, confirmaba las dificultades reales para controlar la situación. Desde que en septiembre de 1999 se declara un brote de neumonía por legionela en la ciudad de Alcoi que afectó a 36 personas, se han producido sucesivos episodios en la comarca, hasta contabilizarse un total de doce brotes sólo en Alcoi (reconocidos oficialmente) y más de 370 afectados en la comarca. Hablamos, por tanto, de una situación "epidémica" mantenida cinco años y siete meses, que ha incidido en la salud y la seguridad de la población, ha producido una lógica alarma e inquietud social y está teniendo consecuencias negativas para las personas, las empresas y la economía en general de la zona. Un escenario singular ya que las tasas de incidencia de la enfermedad seguían siendo sensiblemente superiores en la comarca a la media del conjunto de España, multiplicándolas por 29 en 1999, por 66 en 2000, por 4,14 en 2001, por 11 en 2002, por 16,5 en 2003 y por más de 6 en 2004.

La verdad es que la situación parece grave, porque se repite sin perspectiva de solución definitiva. Ahora hace ya dos años el conseller Rambla anunciaba un Plan de Prevención y Control de la legionelosis que incluiría 390.000 inspecciones para, según afirmaba, "localizar todas las instalaciones de la Comunidad Valenciana que puedan producir legionelosis" -un plan, cuanto menos, ambicioso. Para su ejecución en octubre de 2003 se licitaba un contrato administrativo cuyo objeto era las asistencias técnicas al Plan de Prevención, contrato que se adjudicó a cuatro empresas privadas -encargadas entre otras cuestiones de las inspecciones preventivas junto a técnicos de la Consellería de Territori i Habitatge y técnicos municipales. No es que no se hayan hecho inspecciones; sólo en la zona de Alcoi y Cocentaina en 2004 se han realizado más de 7000, según datos aportados por la Consellería de Sanidad, pero no han conseguido, como se ha comprobado, los resultados preventivos esperados.

Desde tiempo atrás veníamos insistiendo en que la situación epidémica obligaba a diseñar y a desarrollar un estudio en profundidad que identificara todos los riesgos en presencia: ambientales, climatológicos, tecnológicos y especialmente la ubicación de la industria en el entramado urbano que caracterizaban al problema como estructural. Un diagnóstico y una explicación inteligible y razonada de por qué existe una situación específica en relación a infección por legionela en la comarca y más concretamente en la ciudad de Alcoi; si se produce o se ha producido en áreas industriales similares; y qué relación exacta guarda con los factores de riesgo antes mencionados. Lo que parecía necesario era acometer actuaciones ordenadas y contundentes, regladas y sostenidas en el tiempo. Estaba claro desde un principio que había que implicar en la resolución definitiva de la situación a los mejores expertos, a los más cualificados, y también a los agentes sociales, sindicatos y empresarios.

Pero no se hizo así. Además, a pesar de que a partir de un momento dado se sistematizó la comunicación pública de casos y el reconocimiento de "brotes epidémicos", en muchas ocasiones la información carecía de claridad y precisión. Como se recordará, se llegó a hablar de legionela que mutaba y se había hecho resistente a biocidas, causando "asombro" en la comunidad científica, desvelando que no siempre se contó con los mejores expertos.

En el transcurso del brote desencadenado el pasado mes de junio tampoco se informó sobre la ubicación de la última fuente de infección y si ésta cumplía o no la normativa preventiva vigente. En relación al brote actual debería llegarse hasta el final en la demostración de que la instalación ilegal ahora clausurada es la responsable de los casos. Curiosamente ahora trasciende que la empresa sancionada ya vulneró anteriormente la legalidad vigente en relación a este tema y se le precintó una instalación de riesgo. ¿Se sancionó anteriormente a la empresa u otras empresas que incumplían la normativa con contundencia?

Lo que parece claro es que existe una relación entre los sistemas de refrigeración y de humidificación ambiental necesarios en los procesos de producción de determinadas empresas, ya que cuando se ponen en marcha coincidiendo con el aumento de las temperaturas aparecen casi inexorablemente casos o brotes localizados de la enfermedad, y el patrón epidemiológico se repite según coinciden diferentes expertos de salud pública. Parte de las empresas han sustituido sus sistemas de refrigeración por otros sin riesgo de transmisión de legionela; las que no lo han hecho parece que ha sido porque las características de su producción hacen inviables otros sistemas. Las empresas mayoritariamente han cumplido la normativa actual de limpieza y mantenimiento de sus instalaciones. Sin embargo, la Consellería declaraba que en algunos casos instalaciones que si cumplían daban positivo a legionela. ¿Qué explicación se ha dado a este hecho?

En todo caso la situación abierta obliga a plantearse qué es lo que subyace realmente ¿Por qué no ha sido posible un gran pacto entre el gobierno autonómico, local y el tejido empresarial de la ciudad de Alcoi, capaz de garantizar el cumplimiento escrupuloso de las medidas preventivas? ¿Por qué durante todo este tiempo no se ha avanzado con decisión en hacer frente a los condicionantes estructurales presentes que parecen la causa última del problema, en el marco de una modernización consecuente de la economía industrial y tal vez y sobre todo la reubicación de las industrias fuera del casco urbano, como señalaban algunos expertos ya en 1999 y 2000? Reubicación que parecía la solución definitiva para la propia Consellería de Sanidad que en boca del director de Salud Pública, Manuel Escolano, apelaba el pasado 14 de junio a los empresarios y Ayuntamiento de Alcoi para trasladar la industria fuera de la ciudad. Medida que en última instancia, por su envergadura, precisaría de un apoyo público suficiente y adecuado.

¿Por qué han tenido que ser las asociaciones empresariales las que tomen la iniciativa recientemente solicitando una entrevista con el director de Salud Pública? No parece lo más idóneo, pues las implicaciones para la industria obligaban a la constitución de una comisión de seguimiento que abordara la búsqueda de una solución a los problemas estructurales, comisión en la que deberían participar las Consellerias implicadas -Sanidad e Industria- el gobierno local y las asociaciones empresariales y los sindicatos. Quizá actitudes prepotentes, que se han prolongado en el tiempo, tienen mucho que ver con el fracaso actual. Y también una dosis muy considerable de ineficacia, de falta de iniciativa (con una Conselleria de Industria literalmente desaparecida), que salta a la vista en este y tantos otros casos y que desmiente la abrumadora propaganda y autobombo del gobierno del Partido Popular. Un partido que exige apagar incendios voraces en horas, cuando lleva años sin controlar una grave situación de salud pública en una ciudad emblemática de la industrialización valenciana. ¿O es que en medio de tanto frenesí de urbanización especulativa no queda ya tiempo, ganas ni recursos para abordar una situación tan grave como esta? Es sólo una pregunta.