Nuestra estrella aparece cada día por el horizonte de levante, como sabemos popularmente. Sin embargo, no es así, exactamente. El Sol sólo sale por el este en los equinoccios de primavera y otoño -cuando noche y día tienen la misma duración. En invierno lo hace, más o menos, desde el sureste (razón por la que tenemos pocas horas de luz natural), mientras que en verano surge de la dirección noreste. El orto más hacia el norte se produce el día del solsticio de verano (mediados de junio) y el de más hacia el sur, en el solsticio de invierno (mediados de diciembre). En total y en nuestra latitud hay una diferencia entre ambos de 30 grados, como explican los expertos del Observatori Astronòmic de la Universitat de València. Por otra parte, hay que recordar que es en verano del hemisferio Norte cuando el Sol se encuentra más alejado de la Tierra y en invierno, más cercano. Por ello, los estíos en el hemisferio Sur son un poco más cálidos.