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La calle «por causa de que el santo fue arrastrado por toda ella»

La actual calle de San Vicente Mártir, que discurre en línea recta entre la catedral y La Roqueta, recibe desde tiempo inmemorial tal nombre «por causa de que el santo fue arrastrado por toda ella» tras su martirio y muerte, cuenta la inveterada tradición.

En tiempos, esta calle fue denominada «la mas principal del Lugar», yendo desde la puerta de San Vicente hasta la iglesia de San Martín, época en que se llamaba también Cami de San Vicent, que al traspasar la muralla de la ciudad por el flanco sur era referida Carrer de Sant Vicent fora el portal, de donde le deviene al patrón de Valencia el nombre de Sant Vicent de Fora.

Desde los hoy llamados lugares martiriales „plaza de la Almoyna, callejón de la Cárcel, plaza de la Higuera„ el cadáver del joven diácono, protomártir del cristianismo en Valencia, fue arrastrado por caballerías hasta el arrabal de La Roqueta y lanzado a un vertedero, punto donde fue construido un ermitorio en su memoria y culto, y cuyos alrededores fueron declarados por el Consell de la Ciutat en 1395 paraje singular, por estar enterrado en su iglesia el santo, en cuyo entorno no se podía echar escombros ni basura que lo ensuciara.

Jaime I otorgó a la Iglesia de la Roqueta, donde hubo culto cristiano durante toda la dominación musulmana, prerrogativa de inmunidad. Cualquiera que por la razón que fuere se refugiara y acogiera a su tutela y amparo quedaba protegido y no podía ser apresado, privilegio éste que sólo tenía la catedral. El monarca además impuso pena especial de diez morabatinos «al que osase reñir, o herir con arma» el día de San Vicente Mártir.

El topónimo de Roqueta relacionado con el santuario, monasterio o basílica sepulcral de San Vicente Mártir, se debe a que «aquel paraje formaba un alto, o cuestecilla, que esto quiere decir Roqueta€ o penyeta de grava apinyonada€ siendo antiguamente todo aquel paraje, una marjal , o lugar pantanoso, lagunas, y cenegal, llamándose roca el peñón, o elevación montuosa, que descuella sobre las aguas,€», que en valenciano recibe el nombre de Roqueta.

Cuando en el siglo XIV fue construida la muralla cristiana de Valencia, hicieron el Portal de San Vicent Martyr sobre «el camino que va en derechura al monasterio», sobre el que se colocó su imagen. Más tarde, en 1600, con motivo, cuenta una piadosa leyenda, de aparecerse san Vicente Ferrer en lo alto de la puerta con una espada en la mano protegiendo la ciudad de una epidemia de peste que venía arrasándolo todo desde Xàtiva de resultas de lo cual no entró este mal en la urbe, «agradecida la ciudad a la protección de nuestro Santo Paysano, resolvió poner allí una estatua de San Vicente Ferrer€ a la parte de afuera, como Patrono del Reyno, en un nicho, o casalicio», siendo colocada posteriormente una imagen de San Vicente Mártir en un nicho de la parte de dentro del portal, mirando a la ciudad, como patrón de ella que es.

Las fiestas centenarias de la conquista de Valencia tenían por ritual acudir en procesión a La Roqueta, monasterio conocido también por el convent de Sent Vicent. El Consell de la Ciutat aprobó en 1596 que todos los años la procesión del mártir fuera de la catedral a La Roqueta, lográndolo solo dos años consecutivos y quedando corta como lo fue y sigue siendo ahora.

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