La muchachada de Compromís ha demostrado que son poco de fiar. Conseguido en su momento el objetivo de colocar a sus representantes en algunos organismos estatutarios, ahora rompe la baraja y se niega a dar su voto a la incorporación de un nuevo representante del PP en el Consell Valencià de Cultura. Su portavoz, Enric Morera, alega una embrollada y poco creíble excusa sobre la elección directa y la representatividad. Lo bien cierto es que acosado por el discurso anti todo de Podemos, Compromís busca mantener su espacio vital y al parecer pasa por ponerse el mundo por montera. Llegado el caso de que tras las elecciones sea necesaria una coalición para formar gobierno, ¿alguien podrá fiarse de una fuerza que rompe a su conveniencia los pactos incluso en cuestiones tan inocuas como la que nos ocupa?
