Es muy posible que si alguien vuelve a utilizar la palabra «radical» para meterle un dardo en el ojete de la diana al otro, a mí me dé algo: una arcada, un vómito, una cagalera, un sudor. Y es que el conjunto de Los Moderados está más pesado que el de la Fórmula Quinta en los arcanos de la democracia con su rayo de sol. Es un todo revuelto de socialistas centrocampistas, marianistas, arzobispos, cospedales, esperancistas, periodistas, tertulianos, riberistas, más Toni Cantó. Ya que estamos, y aprovechando la ocasión que me brindan al sol, no estaría mal recordar que radical viene de raíz y es la actitud del que va a lo primero, al origen, al fundamento. En este contexto de metáforas arbóreas, no estaría mal tampoco recordarle a esa legión o tropa de no radicales que se van por las ramas. Irse por las ramas es ir a lo secundario, jugar a despistar, evitar la cuestión, desviar la atención. Así, hay quien se va (incluso físicamente) por las ramas bolivarianas de Venezuela o quien bracea contra diestro y siniestro en un mar de esteladas futboleras. También hay concejales que gobernaron de raíz durante 24 años y ahora se van por las ramas pidiendo una reforma integral de la plaza de la Reina, de la del Ayuntamiento, de la de San Agustín y de Brujas, sin que entienda uno muy bien por qué no se piden también la de España ¡con la falta que le hace!. O, en fin, quien pide en el consistorio una moción para apoyar la unidad de España. De rama en rama, sobrevuelan la campaña sin tocar tierra. Radicales del mundo entero, dispersáos: estáis rodeados.

A mí me lo tienen prohibido (mi coach, mi personal trainer, mi tutor, mis asesores, mi psicoanalista, mi confesor, mis profesores de la escuela de padres y del taller de escritura, mi estilista, mi maestro de yoga, mi profesora de pilates, mi sexólogo, la familia, amigos y conocidos: todos me lo tienen prohibido), pero ¿podría algún representante del imperio gay contestar la pregunta del cardenal Cañizares? «¿Es homófobo defender la familia?». A mí sólo me permiten escribir que depende. ¿Es homófobo defender las familias?

El CSI·F también está ramero, quiero decir que se va por las ramas, al denunciar la ilegalidad de las señales de tráfico. Piden una mesa técnica urgente para restaurar el atropello (¿lo cogen?). La cosa, legalizada, quedaría así, por ejemplo: «Atenció (atención), Excepte (excepto) Accés (acceso) Mercat (mercado) Central (central o sic) Residents (residentes) Taxis (taxis o sic) Càrrega (carga) Descàrrega (descarga)». Cogerse la ley con papel de fumar.

Está muy bien que uno se manifieste a favor de lo que existe (la libertad de enseñanza) y en contra de lo que no existe (los recortes). Sin embargo, por aquello de la eficacia y por adelantar faena, sería mejor manifestarse a favor de lo que nos falta y en contra de lo que nos sobra. Sobran los ejemplos.