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José Sierra

Elogio de hormas, bancales y muros

Algunas imágenes posteriores al incendio de Artana desvelaban la presencia tras los pinos quemados de decenas de infraestructuras lineales, de muros asociados a ribazos y bancales en los que se apoyaban antiguos cultivos que hace décadas fueron sustituidos por pinares. De algún modo es la imagen de la evolución experimentada por el paisaje rural valenciano y una de las causas „la invasión de espacios agrícolas y la continuidad en la masa forestal„ que favorecen la aparición de los grandes incendios. Tras el paso de las llamas, la protección de estos viejos muretes y del suelo que sostienen resulta esencial para, llegado el caso, recuperar la vegetación forestal o si así se aconseja, o volver a plantar cultivos que puedan frenar nuevos incendios. Sea cual sea la decisión hay que conservar como sea ese suelo precioso, insustituible. Y eso pasa por reponer y conservar los muros.

La Asociación de Entidades de Caza de la Comunitat Valenciana (Adecacova) ya intentó en el año 2004 el reconocimiento para su proyecto «Bancales para la biodiversidad». Fue finalista en los premios nacionales de Medio Ambiente pero la protección de los bancales siguió sin merecer ayudas de la Administración. Gracias a propuestas como la de Adecacova y otras asociaciones como Fuvama, el Programa de Desarrollo Rural 2014-2020 de la Comunitat Valenciana contempla el apoyo «al mantenimiento de caudales para evitar la erosión», asociado también a la creación de discontinuidades en la masa forestal mediante cultivos. Además permitirá destinar ayudas públicas a «la recuperación de patrimonio en piedra seca e infraestructuras hídricas en el medio forestal» y a la construcción de refugios para la fauna como majanos o puntos de agua en el interior de las masas forestales. Todo ello, sumado a la reciente declaración de Bien Inmaterial de Relevancia Local en la Comunitat Valenciana de la técnica constructiva tradicional de la piedra en seco.

jsierra@epi.es

Ojalá la suma de estas iniciativas suponga una protección real de hormas, ribazos, muros y bancales. Son una herencia cultural del pasado pero también los vamos a necesitar en el futuro.

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