La semana que viene puede que ya haya caído de la programación de Cuatro... o no. Nunca se sabe, pero las pésimas audiencias iniciales hacen justicia a «Hazte un selfi», el invento destinado a competir en atractivo juvenil contra el «Zapeando» de La Sexta. Hoy por hoy, Uri Sabat no tiene nada que hacer contra Frank Blanco y, menos aún, contra Cristina Pedroche, que es muchísima Pedroche. Porque la apuesta de Cuatro se parece, sobre todo, a «El diario de Patricia» pero a base de «youtubers». Y no es culpa del presentador, pero no hay manera de que consiga dotar a las entrevistas del mínimo interés. Tampoco lo tienen la mayoría de los vídeos de los protagonistas en la tele convencional, por muchas reproducciones que sumen en internet. Si eso gusta a los chavales que ya no ven la tele queda claro que el programa está buscando a un público que allí ni está ni se le espera. La mayoría de invitados son apenas veinteañeros que se han hecho famosetes en Youtube. De ahí a que tengan una entrevista hay un trecho.
Uri Sabat les hace bailar, sacar músculo o lucir vestuario, dependiendo del caso. Incluso en su desesperación por alargar la charla llega a preguntarle a alguno si le gusta el postureo. ¿No le va a gustar al angelito? Después de tres vídeos la conversación no da más de sí, tras explicar que fulano se disfraza de pijo y zutano besa chicas por la calle. No da ni para el cuarto de hora de fama que todos nos merecemos. Y aunque todo es cíclico, puede que aún no sea el momento de resucitar las sobremesas con testimonios. Después de que me endosen algún vídeo con millones de visitas en las redes ya no aspiro a reírme. Simplemente me conformaría con entenderlo, solo un poquito.
