En octubre pasado, En Comú Podem (la confluencia catalana de Unidos Podemos) instó al Gobierno a acudir a la justicia europea para recuperar 3.600 millones de sobrecompensación por los costes de transición a la competencia (CTC) de las eléctricas, a cuyo fin presentó en el Congreso una proposición no de ley. En 2012, la Abogacía del Estado había señalado la imposibilidad de reclamar estas cantidades por haber prescrito en junio de 2010. Pero abría la puerta para acudir a Bruselas.

Unidos Podemos remarca el derecho a oponerse al principio de autoridad de cosa juzgada, cuando su aplicación constituya un obstáculo para recuperar una ayuda del Estado concedida contraviniendo el Derecho comunitario. El mismo grupo señala que si se consideraron amortizadas las inversiones del 2006, con un precio de 36,06 euros/MWh, resulta evidente que con un precio superior en los años 2006-2010 y también a los costes acreditados a partir del 2010, esas instalaciones están obteniendo cuantiosos beneficios. El columnista entiende que más que cuantiosos son abusivos. Como es abusivo lo de Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, cobrando 45.000 euros al día, y así.

Al margen de esta interesante propuesta de la que no hemos sabido más y nos tememos que tampoco sabremos, nos topamos como siempre entre las historias de depredación que no cesan, con otra arma de destrucción masiva aznariana, una más de las que sí que son verdad para España (no como las de Irak). Así la truculenta historia de Endesa, creada en el primer franquismo a través del INI de entonces, que resolvió en gran manera en la época del tirano el problema de la energía, empresa que sobrepasando la transición llega hasta la época de Felipe González, que privatiza una pequeña parte, y que la culmina en su totalidad con el 70 % restante nuestro gran José María Aznar y „lo que es peor si esto puede ser peor„ se vende a la italiana Enel en el 2009, año en que aún estaba Silvio Berlusconi en el poder (no se puede olvidar que Berlusconi asistió a la boda imperial de la hija de Aznar).

Endesa le premió al ex, Aznar, en el año 2011 con una asesoría (suponemos que el agraciado no sabría diferenciar entre voltio y watio) que superaba, que sepamos, la retribución de los 250.000 euros. Cesándole en 2013, al comprobar la empresa que con sus rapapolvos a Mariano Rajoy, de poco le servía su fichaje. Y ahora todo lo que podemos esperar de este desgobierno, según el presidente, es que llueva o que llueva más, con lo cual podemos suponer que si se cumple lo que pide Rajoy, se atribuirá el partido o él ser autor de esa manifestación meteorológica.

Cuando paguemos el próximo recibo de la luz, cuando oigamos hablar del déficit tarifario, cuando el ministro de Energía y el oligopolio expliquen por qué hay que seguir subiendo, habrá que acordarse de lo que casi nadie recordará o ni siquiera sabrá: los 14.500 millones de dividendo que Endesa abonó en 2014 a ENEL, poseedora del 92% de su capital desde 2009, como decíamos, recuperando de esta forma la italiana gran parte de lo que pagó para comprarla: quizá el mayor escándalo de la democracia española.

Coda. Para más luz, Rajoy, aumentado la lluvia metrológica, que según él bajaría su precio, y actuando con menosprecio absoluto de la decencia, premia con su dedazo a alguien con más que posibles responsabilidades trágicas (el Tarajal) y otros méritos (Prestige), sin olvidar su pasado falangista y violento, consolándolo en su cese como directos de la Guardia Civil, haciendo a Arsenio Fernández de Mesa consejero de REE con 180.000 euros anuales.