Ya tenemos los Presupuestos Generales del Estado de 2017, casi seguro los del 2018 y para el 2019 como habrá elecciones autonómicas y locales, lo más fácil es que no, pero ya veremos. Con el arreglo del PP y Cs han mojado los vascos, asturianos y los canarios, que con sólo un diputado hay que ver como han sabido negociar y aprovechar las oportunidades con el montón de millones que benefician a su tierra. Que el PSOE, Podemos, PP y Ciudadanos no iban a hacer nada por la terreta estaba más claro que el agua. Sus diputados mudos darían la cabotá como siempre. ¡Pero qué gran oportunidad hemos perdido con Compromís!

Decía el teólogo y matemático inglés William George Ward que «las oportunidades son como los amaneceres; si uno espera demasiado, se los pierde». Y mientras los diputados útiles del PNV, Foro Asturias y los canarios, cada uno con su ideología y sus intereses, vieron la oportunidad, negociaron y aprovecharon la ventaja, ¿dónde estaban los cuatro diputados zombis inútiles de Compromís? Preparando enmiendas a los presupuestos. ¿Se imaginaban que saldrían adelante? o ¿quizás su ideario les impide hablar, negociar, pactar y barrer para casa? Pues los valencianos ya lo hemos perdido. Una vez más vuelven las sombras para la Comunitat. Y van ¿cuántas?

Compromís es la única opción en la que la toma de decisión está aquí, pero es un gallinero con dos gallos; el Bloc con su amplia estructura y el gran número de militantes, pero sin capacidad de liderazgo de su presidente, cómodamente sentado en la presidencia de Les Corts Valencianes, e Iniciativa con mucha menos implantación pero con una líder potente como es Mónica Oltra. ¿Qué es Compromís sin Oltra? La vicepresidenta del Consell ha desplumado al Bloc; le ha hecho desaparecer sus apellidos de Nacionaliste Valenciá y su esencia. Ha desaprovechado la oportunidad de apretarle las tuercas al PP y haber barrido pa casa, pero queda más bonito lamentarse de que no han aprobado las enmiendas y otra vez volver a la plorera, en lo que son verdaderos especialistas los políticos en esta tierra. Esta posición, ¿es sólo una cuestión interna de los cuatro miembros de la coalición o hay dependencia ideológica con Cataluña o compromisos obligados con su coaligado electoral, Podemos, que además sustenta el gobierno valenciano?

Estamos desconcertados los votantes, pues hasta el de más estricta obediencia valenciana no ha servido para nada. A los diputados de un partido autonómico no se les elige para gobernar. Su utilidad la han encauzado en la negociación con el gobierno de turno tanto del PSOE como del PP. Su misión es ser útil y negociar con habilidad para que con sus votos y labor de pasillo compensen desequilibrios de sus territorios y obtener la financiación adecuada, a corto, medio y largo plazo. ¿No se ha aprendido nada de lo que han hecho los útiles diputados vascos y catalanes a lo largo de todas las legislaturas? Decía el poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán Johann Wolfgang Von Goethe, que «la ventaja se la lleva aquél que aprovecha el momento oportuno».

Unió Valenciana, el único partido valencianista que estuvo presente en el Congreso, nunca tuvo una oportunidad como ésta de un partido en el gobierno en minoría.