Los que escribimos artículos de opinión no solemos abordar temas conflictivos que nos resultan demasiado cercanos para no perder una cierta visión de conjunto, pero cuando el asunto no solo le afecta a uno, sino a muchos más ciudadanos, entonces esa cercanía se convierte en una buena oportunidad para hablar con verdadero conocimiento de causa.

Hace unos pocos meses llegó a los medios de comunicación la gravosa parálisis en la concesión de licencias de obra por parte del Ayuntamiento de València, algo especialmente negativo en un momento en el que la actividad constructora -y sobre todo rehabilitadora- de viviendas comenzaba a mover algo nuestra maltrecha economía. Aparentemente ese problema mejoró con la contratación de nuevos técnicos y una mayor cercanía en el diálogo con el Colegio de Arquitectos. Pero no cantemos victoria: si se da el caso de que la obra afecta siquiera en algo al subsuelo, y coincide con que tu casa se encuentra en una zona arqueológica protegida -no vaya a pensar el lector que nos referimos a una vivienda cercana a la plaza de la Virgen o a la Almoina, no, hay numerosas zonas arqueológicas en la ciudad, mismamente en Benimaclet- entonces tendrás que pedir también una licencia para trabajos arqueológicos.

Bien, pues en el área de Patrimonio de la Consellería de Cultura hay un solo funcionario dedicado a aprobar los proyectos de intervención en zonas arqueológicas protegidas de Valencia. Si por desgracia el funcionario está de baja, simplemente ya nadie sigue revisando expedientes. En concreto, desde marzo no se ha dado ninguna nueva licencia de intervención en zona arqueológica, lo cual es necesario para iniciar cualquier obra que toque el subsuelo, aunque sea simplemente para reforzar un cimiento en una rehabilitación integral. Parece ser que ahora andan pendientes de sacar una plaza, y no se les ha ocurrido que mientras tanto pueden contratar a alguien para ir agilizando los expedientes. En un hospital, si un médico está de baja, y solo hay un médico en ese servicio, su trabajo lo asume interinamente un compañero o se contrata a alguien para que siga atendiendo.

Pero se ve que la Conselleria de Cultura y el área de Patrimonio no están interesados en la ligera reactivación económica vinculada a la rehabilitación y la construcción de viviendas, ni les importa el paro entre arquitectos y arqueólogos. De hecho, la Sección de Arqueología del correspondiente colegio profesional ya se ha quejado en diversas ocasiones sobre la lentitud en la aprobación de los expedientes, que les impide poder hacer su trabajo. Realmente no resulta creíble que el PSOE vaya a traer un cambio político en la Comunitat Valenciana si las dinámicas ineficientes que lastran nuestra economía siguen exactamente igual que con el gobierno anterior.