El problema con la capa de Ozono en el polo sur fue uno de los primeros ejemplos de cómo la concienciación ambiental y la regulación eficaz de las emisiones de gases contaminantes puede funcionar de forma muy eficiente para solucionar situaciones comprometidas para el ser humano derivadas de su propia actividad. No obstante, y pese a que en su momento el agujero de la capa de ozono llegó a reducirse hasta umbrales lejanos a los niveles de peligro que se detectaron cuando se prohibieron los CFC´s, el problema vuelve a salir a la palestra estos días porque existen informes que apuntan a que el riesgo vuelve a estar bien presente debido a las emisiones de otro gas que secuestra el Ozono estratosférico del polo sur a través de diversas reacciones químicas. En este caso y pese a estar prohibido el riesgo lo conlleva el tetracloruro de Carbono.

Según el estudio efectuado por la Universidad de Bristol aún no se ha identificado exactamente de qué manera están produciéndose en la actualidad estas emisiones ilegales. Y es que aunque sí que se han ubicado las zonas del mundo donde se están emitiendo mayores cantidades de tetracloruro de carbono, la zona este de China oriental, no se sabe con certeza si la infracción de la norma de no emisión se debe a emisiones directas hechas de forma deliberada o a la formación de este gas de forma derivada desde otros gases emitidos. Conocer estos detalles para poder poner solución al problema se está convirtiendo en una cuestión cada vez más urgente, puesto que los científicos tienen evidencia de que pese a la prohibición de su emisión no se ha producido disminución alguna de su concentración en la atmósfera desde que en 2010 se prohibiera, sino más bien todo lo contrario.

Estos estudios y los que de ellos se deriven pueden ayudar de forma importante en descubrir la causa del incremento de emisiones del tetracloruro de Carbono en el este de Asia u otras partes del planeta. En cualquier caso, una vez disminuida la cantidad emitida de este gas, el ozono estratosférico iniciaría un proceso de recuperación que alejaría el peligro de los efectos de la radiación ultravioleta sobre la población del hemisferio sur, ya que el ozono tiende a recuperarse con el tiempo y a reestablecer su poder de filtro frente al espectro de luz UV nocivo del sol. Con todo ello se demuestra que sigue estando vigente el problema de la capa de ozono en el hemisferio sur y que el seguimiento de la emisión de los gases que agotan el ozono estratosférico es esencial para evitar males mayores.