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Majestades

Lo que más se agradece este lunes viene a ser que la festividad de los Reyes Magos pone fin a esa agobiante larga traca de fiestas consecutivas, cargada de calorías y excesos dinerarios en cada uno de sus petardos. Sus Majestades de Oriente, un prodigio de ubicuidad, suponen esa mentirijilla piadosa con la que niños y no tan niños simulan estar engañados, algunos incluso con incipiente bigotillo, en pos de regalitos empaquetados. Sin embargo, aún siendo niñas, la princesa Leonor y la infanta Sofía han sabido siempre que los reyes eran sus padres.

Y bien está que para este teatro real, su majestad Pere Fuset, o sus altos jefes del emirato, escogiera un actor como Alfred Picó para representar la figura del rey Gaspar, un fallero de estirpe como Pere Borrego haciendo de Melchor y un destacado vecino de Orriols como Mohamed Mboirick, un Baltasar que no tuvo que embetunarse para la representación de la cabalgata de Reyes. Ilusión a tope para los miles de niños que la presenciaron, en una época en la que los adultos también necesitan ilusionarse, y no tanto con sus majestades las Reinas Magas Republicanas del próximo domingo, invento exclusivo de Joan Ribó, alcalde de una «ciudad-carrilbici» de futuro peatonal absoluto y hombre con «salut i força» en su segundo apellido.

Trabajo y alegrías para los protagonistas de la comedia «Por delante y por detrás», que el pasado jueves llegaron en el teatro Talía a su centenario de representaciones. Hubo celebración especial, y claro éxito para ésta arriesgada y costosa producción de Olympia Metropolitana, pero que tiene buena acogida del público y lleva más de tres meses en cartel, lo que supone una alegría para sus majestades Enrique y María Ángeles Fayos, dos aguerridos monarcas en este difícil reino del teatro. En la obra, que dirige Alexander Herold, han realizado la producción ejecutiva Toni Benavent y Paula Esquembre, que también estaban contentos como esos niños espectadores en la cabalgata de Reyes.

Y como niños disfrutarán aquellos que hoy, lunes, y mañana, martes, acudan al teatro Olympia para admirar ese «La Bella y la Bestia sobre hielo» que el Ballet del Palacio de Hielo de Moscú presenta en ese escenario. Algo inusual que no dejará frío a nadie. Y cuando llegue el deshielo, el próximo jueves, «La vuelta de Nora» será la vuelta de Aitana Sánchez Gijón a ese teatro, una secuela de la famosa «Casa de muñecas» de Henrik Ibsen, escrita por Lucas Hnath y dirección de Andrés Lima. Acompañan a Aitana en su regreso el actor Roberto Enríquez y las actrices María Isabel Díaz Lago y la dimisionaria de «Cuéntame como pasó» Elena Rivera. Y es que un casa de muñecas en tiempo de Reyes aún sigue siendo una ilusión.

También vuelve a València la actriz valenciana María Luisa Merlo, que igualmente el jueves ejercerá su real majestad en el teatro Flumen la comedia de Santiago Carlos Oves y Jordi Galcerán «Conversaciones con mamá», en la que María Luisa, hija, madre y suegra de artistas de renombre nacional, comparte cartel con el actor Jesús Cisneros, dirigidos por Pilar Massa. Nueva ocasión de admirar a una actriz que pese a ser matriarca del Clan Larrañaga, no suele participar en los montajes de sus hijos Pedro, actual marido de Maribel Verdú, Amparo y Luis. Pese a la impagable publicidad gratuita que en uno u otro sentido se está haciendo a un bisoño partido por su posible papel de bisagra en el teatro de la política, en el que ha entrado por el foro del escenario, no es cierto, sino absolutamente falso, que el programa de cantores y cantoras que esta misma noche estrena Antena 3 vaya a llamarse «La Vox». El rumor es cosa de lenguas extremas tan falso como las barbas de los millones de Reyes Magos que han ocupado España entera los últimos días.

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