En estos días, CC OO-PV ha sido noticia por su sede de la plaza de Nápoles y Sicilia de València. La modificación de uso urbanístico en el Plan de Ciutat Vella ha sido la justificación para que algunos medios hayan intentado poner en la picota al sindicato. Es por eso que considero necesario explicarlo de forma clara y meridiana para que la ciudadanía, y nuestra afiliación en particular, tenga la absoluta seguridad de que se ha obrado conforme a la legalidad vigente y dentro de una actuación ética incontestable, acorde con la historia de nuestra organización.

La Ley 4/1986 de Cesión de Bienes del Patrimonio Sindical Acumulado regula la titularidad de los bienes y derechos procedentes de la antigua organización sindical y de las demás entidades sindicales anteriores al nuevo sistema de libertad y pluralidad consagrado por la Constitución. También regula el contenido histórico derivado de la incautación de sus bienes, como consecuencia de la guerra civil española, al tener que cumplir, hoy día, con las funciones que la propia norma fundamental española les reconoce y garantiza. Todo ello con respeto a los principios de seguridad jurídica y de libertad sindical.

La cesión de uso del patrimonio sindical se establece por esta ley de acuerdo con los criterios de más representatividad establecidos en la Ley Orgánica de Libertad Sindical y con los pronunciamientos del Tribunal Constitucional. Mediante esta norma también se cede el uso de patrimonio sindical a favor de las organizaciones empresariales.

Aclarado el ámbito legal que atribuye el uso de bienes procedentes del patrimonio sindical acumulado para el ejercicio de los deberes, las funciones y las competencias que establece nuestro ordenamiento jurídico, procede explicar qué gestiones ha hecho CC OO-PV y con qué finalidad.

El sindicato viene valorando desde hace años que la actual sede de València tiene defectos en su construcción y problemas de eficiencia energética. Que, además, para el ejercicio de la acción sindical y de la prestación de servicios se ha quedado pequeña, pues CC OO-PV cuenta en la actualidad con cerca de 102.000 personas afiliadas, tiene 10.600 delegadas y delegados en las empresas del País Valenciano y negocia los convenios colectivos que en nuestra comunidad afectan a más de un millón trescientas mil personas trabajadoras.

Por ello se ha solicitado un cambio de uso del edificio, con la finalidad de abrir la posibilidad, en un futuro, de que el Ministerio de Trabajo apruebe la permuta del edificio de Nápoles y Sicilia por otro edificio que reúna una mayor funcionalidad. Se trataría de cambiar un inmueble por otro. Pero sobre todo, hay una operación que refuerza el valor de un inmueble que es patrimonio del Estado, al cambiar su uso administrativo por un uso residencial. Y habrá o no una permuta por otro edificio si su propietario, el Estado, a través del Ministerio de Trabajo, aprueba y suscribe la operación. Una operación que entra dentro de la línea conceptual del Ayuntamiento de València, porque el cambio del uso contribuirá a repoblar el centro de la ciudad, motivo por el cual se ha aceptado incluir la modificación en el Plan de Ciutat Vella.

Esta es la realidad. No hay venta, no hay pelotazo, no hay negocio y, si me apuran, no hay noticia más allá de la intención de cambiar de sede, aunque a otros medios de comunicación les habría gustado y hayan puesto todo su interés en intentar desacreditarnos.