Hemos visto pulverizarse la iniciativa de nuestra Administración Autonómica durante varios meses mientras se configuraba la estrategia y se seleccionaba el tiempo oportuno para una campaña electoral que, por ser tal, debía rendir como bocado sin hueso para quien la convocara. Así pues, mis sencillas reflexiones vienen sugeridas por un proceder que ya ha mostrado su verdadero rostro y finalidad: captar el voto.

¿Qué deberían tener muy presente cuantos deban trasladarnos sus programas? Nunca deben olvidar que vivimos en una sociedad que marcha en pos de la sociedad de bienestar, pero que está sacudida por necesidades. La simple consideración de este principio y situación obliga a una administración rigurosa en lo suntuario, honesta en la percepción de las necesidades y lúcida al aportar soluciones. No debemos dar el ejemplo de anunciar la extensión de gratuidad de los comedores escolares y leer en el periódico del día siguiente y a cuatro columnas que «ni hay plazas para niños con autismo ni dan ayuda para terapias privadas (…) El 46% de los niños con autismo y de menos de 6 años no recibe terapia tras ser dado de alta» (Plataforma Defensa TEA).

Sería muy conveniente y hasta de gran valor educativo el detallar qué situaciones de necesidad no se podrán atender para corregir o atenuar otras que son las que seleccionará el posible gobierno de conformidad con su orientación. Pero, además, espero que al darnos cuenta de las situaciones que desean modificar para mejorar nuestras condiciones de vida, se ofrezca una divulgación detallada de los esfuerzos que todos habremos de hacer, la disciplina que deberemos asumir y las carencias que otros ciudadanos han de soportar. Así, por ejemplo, se pueden prometer becas por haber aprobado el curso universitario, pero debemos ser cautos, porque lo primero que debemos salvaguardar es la Universidad pública valenciana que está saturada de profesores asociados. Lo progresista es fortalecer NUESTRA institución universitaria, recuperar la figura del profesor asociado, tal y como fue concebida, y dotar NUESTRA universidad; es probable que el estudiante que aprueba pueda colaborar al logro de ese fin. Así pues, Administración austera para fortalecer las instituciones clave de un estado de bienestar y saber abandonar otras que solo sirven a la sociedad del espectáculo.

Un gobierno verdaderamente progresista deberá centrar su atención en la consolidación y mejora de las instituciones que atienden nuestras necesidades básicas e intentar mejorar el día a día de esas instituciones en salud, educación y justicia. Preciso es recordar que la salud es «el primer bien y fundamento de todos los otros en esta vida», que la educación desarrolla la perfectibilidad que caracteriza a la especie humana y que sin justicia solo imperará la ley del más fuerte o del más hábil. La educación en la solidaridad debe ser un aspecto decisivo en el diseño, explicación y desarrollo de un presupuesto.