Para los que creemos en la democracia, aceptando sus imperfecciones, cada elección debemos de convertirla en una fiesta electoral y en una oportunidad de mejorar como sociedad, confirmando a nuestros gobernantes o cambiándolos. Es evidente que, como ya dijo Adolfo Suárez en 1977, las elecciones no resuelven por sí mismas los problemas, aunque son el paso previo y necesario para su solución. He conocido a muchas personas que en la noche electoral, finalizado el escrutinio, se arrepienten de no haber ido a votar o de haberse decantado por tal o cual partido. Para que ello no ocurra es muy necesario emitir un voto responsable, pensado, meditado y que se aleje de calentones o de enfados; con los votos de castigo realmente lesionamos a toda la sociedad.

Es fundamental para tomar una buena decisión electoral estar bien informados; paradójicamente, en la era de la comunicación, la desinformación campa a sus anchas. Con el bombardeo diario de noticias que recibimos a través de las redes sociales debemos hacer una criba permanente para evitar manipulaciones. Actualmente son más necesarios que nunca los periódicos, las radios y las televisiones solventes, ya que en estos medios los periodistas profesionales eliminan la basura informativa; por ello, todavía soy de los que piensa que el profesor debería acudir a sus clases con el periódico bajo el brazo.

En España, desde 1810 hasta la actualidad, ha habido 69 elecciones generales; 14 de ellas en la España democrática. La primavera ha sido la estación del año en la que más votaciones se han celebrado: doce en marzo y catorce en abril. De los doce partidos que obtuvieron representación en 1977 solamente permanecen con las mismas siglas PNV y PSOE. Las mujeres españolas únicamente han podido votar en dieciséis ocasiones desde que en 1931 Clara Campoamor se enfrentara en un discurso dialéctico a la socialista Victoria Kent y consiguiera convencer a los diputados de la validez del voto femenino. En 1977 obtuvieron acta de diputada 19 mujeres; en la última legislatura ha habido 138, siendo España uno de los países europeos con más parlamentarias.

La escuela y la familia deben educar a las nuevas generaciones en el interés por lo público. En los próximos comicios habrá 1.323.735 jóvenes que estrenarán su derecho al voto. Es el caso de Marina Chaveli que cree que existe un gran desconocimiento entre los miembros de su generación sobre el funcionamiento de la política española y ello lleva al desinterés. Según ella, los partidos políticos no defienden a los más jóvenes.

En lugar de buscar excusas para no votar, es más higiénico socialmente hallar razones para acudir a las urnas. Somos afortunados de poder ejercer nuestro derecho al voto en libertad. No votar no nos garantiza que las cosas vayan mejor. La Comunitat Valenciana y España no se pueden permitir el lujo de prescindir de nuestro voto. Encontrar al candidato o al partido que se ajuste a nuestras ideas exactas es muy difícil. Debemos intentar votar a políticos y a programas en los que apreciemos valores y principios. Una razón importante para votar es demostrar al mundo la fortaleza de nuestra democracia que, algunos, con demasiado eco, están poniendo en duda. Con cada voto ayudamos a construir un futuro y honramos la memoria de los compatriotas que murieron defendiendo la libertad. En las votaciones fomentamos el sentido colectivo de responsabilidad. No debemos quedarnos al margen porque otros harán la política por nosotros y con la indiferencia no construiremos nada.