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Ruvira

El irremplazable Institut Français

El Instituto Francés de València también pertenece al acervo cultural de nuestra comunidad

Institut Français València L-EMV

La pasada semana saltó a los medios de comunicación la noticia del cierre definitivo del Instituto Francés de València. La consejera cultural de la Embajada Francesa, Anne Louyot, acudió a València el pasado jueves para anunciarlo. Se puede aventurar que se trata del punto final de la crónica de un desenlace anunciado, ya que, a nuestro entender, tal desmantelamiento estaba ya programado por una torpe política de corte neoliberal que venía exigiendo una mayor rentabilidad económica y una reducción de los centros culturales franceses en el extranjero, ignorando el valor cultural del que nuestros vecinos franceses siempre han hecho gala, además de obviar la crisis originada por la pandemia en este último año.

La directora actual del centro de València, Marie-Cécile Le Luec, no ha hecho hasta el momento declaración alguna. Ya intuida o no, tal decisión tan radical no ha dejado de ser un golpe brutal para todos sus trabajadores, que serán despedidos en su totalidad dentro de dos meses.

Ciertamente la torpeza de esa decisión no podía ignorar el efecto que producía en la sociedad civil valenciana y también en multitud de expatriados franceses que pueblan nuestra ciudad. Conviene repetir que esta institución contando con más de cien años de historia nunca dejó de ser el mejor punto de referencia tanto para el aprendizaje de la lengua francesa de la que se han beneficiado miles de ciudadanos, así como la colaboración permanente con diferentes entidades académicas y culturales.

Durante este largo tiempo y muy especialmente desde su asentamiento en el edificio de la calle Moro Zeid ha ido entretejiendo un sinfín de relaciones culturales con la ciudad y con la Comunitat Valenciana. Ese edificio, en cuya entrada podía leerse Ambassade de France, ha hecho sentirse como en su casa a muchos valencianos, y no solamente sus alumnos. El cierre de su café-restaurant L’Atmosphère, que además de su excelente oferta gastronómica servía de marco a encuentros y tertulias culturales, la reducción de su oferta cultural y la paulatina desconexión con la actividad cultural y civil valenciana auguraban el fracaso de la tarea diplomática de una institución que debiera tener como objetivo estimular y favorecer las relaciones entre las diferentes culturas, sobre todo en el marco de una concepción europeísta a la cual le queda camino por recorrer.

No lo ha entendido así el gobierno francés en este caso. Tampoco ha sabido calibrar la pérdida ocasionada ni el efecto emocional de esta decisión en aquellos que hemos amado la lengua y la cultura francesa, tomándola en ocasiones como modelo y sintiendo que el Instituto Francés de València también pertenecía de alguna manera al acervo cultural de nuestra comunidad.

Entendemos que ante esta lamentable decisión sería oportuna alguna manifestación o intercesión por parte de las instituciones públicas valencianas, Generalitat y Ayuntamiento de València. Creemos que éstas no pueden ignorar, ni dar la espalda a tan significativa pérdida.

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