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REFLEXIONES

Nicolás Junquero

Homenaje merecido a las abuelas y a los abuelos

Al igual que se eligen efemérides para celebrar el día del padre y el día de la madre, cada 26 de julio se rinde homenaje a los abuelos y a las abuelas. Ellas y ellos siempre están dispuestos a brindar cariño incondicional, cuidados y consejos, sosteniendo un vínculo muy emocional con los nietos y las nietas.

Contar con los abuelos es confiar en un tesoro que ha sabido conservar su corazón a través del paso de los años. En los tiempos actuales, aquellos que no están en la residencia pasan más tiempo con los nietos adoptando el rol de cuidadores. Siempre están dispuestos para atender, cuidar y amparar a los pequeños, y en muchas ocasiones actúan como mediadores familiares.

Un estudio de la Universitat de València determina que los abuelos ‘favoritos’ para los nietos suelen ser mujeres, en edades de 60 a 70 años, la mayoría jubilados, y que viven en la misma ciudad o barrio que los nietos, con lo que se ven casi a diario. Pero es cierto que el papel de los ‘yayos’ en la familia ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Antes, en los hogares tradicionales solían vivir juntos los abuelos, los hijos y los nietos. Hoy en día, muchas cosas han cambiado debido a que la estructura familiar ha evolucionado.

Uno los ‘hándicaps’ que más afectan a la relación entre los abuelos y los padres de los nietos es el uso de los límites. Hay abuelos que no están de acuerdo con las ideas de los papás y mamás más jóvenes y por otra parte están los padres que no aceptan las intromisiones de los abuelos en la educación de sus hijos. En cualquier caso, tener a los ‘yayos’ cerca de los nietos es gratificante en todos los sentidos.

En la actualidad son muchas las personas mayores que deben cuidar de sus nietos porque sus hijos, por ejemplo, trabajan ambos con el fin de ganar suficiente dinero para poder hacer frente a todos los gastos mensuales. El cuidado de los hijos, además, no siempre se adecúa al horario de los padres y es entonces cuando tienen que recurrir a los abuelos. Estos se ven en la necesidad de adoptar varios roles: cuidar de los niños cuando los padres no pueden hacerlo, recoger a los niños en el colegio e incluso quedarse con los nietos alguna noche para que los papás y mamás puedan salir libremente.

En el presente y en el futuro, las nuevas familias van a ser dependientes de las nuevas tecnologías. Lo hemos visto recientemente con los abuelos que estaban confinados en las residencias por motivo de la covid o aquellos otras personas mayores aque viven a una distancia familiar amplia de sus hijos y nietos. Cada vez los contactos entre las familias serán más dependientes de las nuevas tecnologías y las videollamadas serán una posible solución para comunicarse entre los miembros de la familia.

En ausencia de los padres, es frecuente que los abuelos concedan algunos caprichos a las nietas y nietos. A los niños les encanta que les cuenten historias de la família, les narren cuentos y les relaten historietas inventadas. «Para los más pequeños, los yayos son una deliciosa mezcla de risas, historias maavillosas y cariño». Recuerdo que en cierta ocasión, una niña de 8 años nos comentó en el colegio: «Mis abuelos son personas mayores, muy divertidos y pacientes. Son de lo mejor, nos dejan correr, saltar en la cama y nos dejan comer algún dulce antes de dormir, eso sí, nos vigilan expectantes para que nos lavemos después los dientes. En la cama nos besan y nos consienten todo aunque nos hayamos portado mal. Si mis papás conocen los caprichos que nos dejan tener los abuelitos nos regañan y los yayos regañan a su vez a mis papás».

Todos los niños y niñas deberían tener unos abuelos. Son las únicas personas grandes que siempre están contentas de estar con los nietos. Los ‘yayos’ son magos con capacidad de crear recuerdos inolvidables para los nietos.

Como dijo Victor Hugo: «No hay abuelo y abuela que no adore a sus nietos».

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