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Cristina Martin

Vuelo pero no sé si estoy arriba o abajo

«Cuando vuelo no sé si estoy arriba o abajo». Esta frase de la inigualable gimnasta Simone Biles cuando se retiró de los Juegos de Tokio resume también el sentimiento de desconcierto y desorientación que nos traspasa desde que la pandemia barrió nuestro mundo y nuestro modo de vida. Parecía que la vacunación masiva nos devolvería a aquella realidad precovid, tan lejana, pero nuestra esperanza choca contra un muro: enlazamos ola tras ola, susto tras susto, variante tras variante, ante una ausencia de certezas que nos provoca angustia y hartazgo. Queremos respuestas y soluciones rápidas y permanentes, pero cuando las hay, dejan de servir en poco tiempo, porque las circunstancias son cambiantes y esto nos desquicia. Parece que tendremos que acostumbrarnos a navegar sobre olas que tan pronto se encrespan como se aplanan. Esperemos que al menos el salto de año nos ayude a ver la luz y a comprendernos, como le pasó a Biles. Nos enseñó que una retirada a tiempo es la mejor victoria, que el éxito no se mide con medallas de ningún tipo y nos dejó otra hermosa frase: «Tenemos que proteger nuestros cuerpos y nuestras mentes y no hacer siempre lo que el mundo quiere que hagamos». Feliz 2022. Y que caigamos de pie.

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