Parece que ni hubiera pasado. Hemos recibido tantas noticias después, que el enésimo escándalo de la plataforma digital Uber ha terminado sepultado. En estos tiempos convulsos nada parece ser suficientemente dramático para aguantar 24h como noticia principal, pero los Uber files no son poca cosa. ¿O sí?

Si Uber llamaba, se ponían al teléfono. Si escribía un mensaje, se le contestaba. No había puertas cerradas para ellos y lo hemos descubierto gracias a la investigación realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas sobre uno de los grandes símbolos de la economía digital. En cuestiones de ‘lobby’ también iba a por todas. Como buena historia tiene buenos actores. Hablamos de una amplia red de sobornos, presiones y otras anomalías por parte de los directivos de Uber donde salen nombres como Emmanuel Macron, Benjamin Netanyahu, la que fue vicepresidenta de la Comisión Europea Neeli Kroes y el mismísimo Putin. Contaban con consejos de primeros ministros como el de Países Bajos, Mark Rutte. «Ahora mismo se os ve como agresivos», le decía al fundador de Uber, Travis Kalanick, en 2016. «Cambia la forma en que la gente ve a la empresa haciendo hincapié en los aspectos positivos». «Esto te hará parecer más amable».

¿Su objetivo? Crecer, y hacerlo rápido. Al contrario de empresas más convencionales que pasan por el proceso de concesión de licencias o trabajan para cambiar las leyes que rigen los servicios, Uber apostaba por una política mucho más agresiva para quedarse con todo el mercado debilitando a sus rivales ofreciendo grandes descuentos. Para ello era fundamental que no hubiera resistencia política ante su desembarco en las ciudades. ¿Qué hacían? Mapeaban y clasificaban a sus interlocutores públicos en diferentes niveles según la hostilidad o predisposición para dejarles operar. ¿Y si alguien no estaba de acuerdo? ¿Y si se encontraban con la típica persona que hace preguntas? Ahí se ponía en marcha la cloaca. Nada estaba descartado. ¿Presionar a alguien con su vida personal? ¿Amedrentar con el entorno? ¿Hacer que se acabe aislando al disidente? Prácticas por desgracia están a la orden del día y si no, escuchad el audio donde sale el inspector de asuntos internos que investigaba a Villarejo.