Esta tarde leyendo el libro de Edgar Morin Enseñar a vivir he encontrado una frase que quiero compartir con ustedes. Es la siguiente: “es preciso aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas”. Tengo claro que navegamos unas veces en mar abierto otras en un remanso oceánico de sueños, con turbulencias y sin ellas, pero siempre navegamos en busca de un trabajo, de un ser querido, de una fortuna o simplemente de un lugar donde sentarse a pensar y a mirar lo que sucede alrededor. Por cierto, con toda la tecnología que tenemos a nuestra disposición, estoy de acuerdo con lo que dice Mª Ángeles Quesada en su libro La virtud de pensar (2022), y es que “ahora es más fácil manipular y a la vez más difícil pararse a pensar”.

La incertidumbre está relacionada con la mentira y la manipulación intencionada en toda regla, como explica Noam Chomsky en sus diez estrategias de Manipulación Mediática. En esta ocasión la técnica número 5, “Dirigirse al público como criaturas de poca edad”, crea incertidumbre e inseguridad. Por ejemplo, el caso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, que tiene una habilidad especial para utilizar esta técnica. Sin ir más lejos, hace unos días copaba muchas de las portadas de la prensa, ya que dijo en público, (como suele hacer habitualmente cuando quiere llamar la atención), que “desde que la Tierra existe ha habido cambio climático” y además relacionaba “la evidencia científica con el comunismo”. Está claro que no cree en el cambio climático, y pone todo en el mismo saco y, como si fuéramos unos críos/as ignorantes, vomita una serie de improperios. Es evidente que esta señora llevaba mucho tiempo sin salir en los medios y le han aconsejado coger un tema de actualidad, el cambio climático por ejemplo para decir algunos dislates. Su objetivo es desviar la atención de los temas importantes y crear incertidumbre en el ciudadano.

Sus desatinos también nos pueden servir como ejemplo de la octava técnica de manipulación de Chomsky: “Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad”. Esto quiere decir hacer creer a la ciudadanía que el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto… está de moda. Esta señora, con la cantidad de idioteces que suelta, llega a un público que cree en la idiotez suprema. Su objetivo es manipular y ser el foco de atención mediático y desviar la atención de los temas realmente importantes en su Comunidad, como por ejemplo los problemas acuciantes que ha generado su gestión en la Sanidad pública. Esta situación sí que crea incertidumbre como también lo hacen la guerra en Ucrania y el resto de guerras de las que no se hablan; los problemas con el suministro del petróleo y el gas; y los problemas económicos y sociales derivados de todo ello. Estos problemas reales crean incertidumbre y hay que afrontarlos y Morin insiste en que es necesario que “todos los que tienen la misión de enseñar ocupen la vanguardia de la incertidumbre de nuestro tiempo.” La escuela no aporta estrategias para afrontar la incertidumbre, ni defensas necesarias para hacer frente a los errores. Desgraciadamente, estoy de acuerdo con Morin, porque “se está ejerciendo una fuerte presión sobre la enseñanza secundaria y superior para adaptarlas a las necesidades tecnoeconómicas de nuestra época y reducir la parte relativa a las humanidades”. Se están formado personas para trabajar y punto.

Por último, tenemos claro que la incertidumbre es constante y, como explica M.ª Ángeles Quesada, “el día a día se torna repetitivo y gris, así que es común vivir episodios de pensamiento en bucle” (obsesión por algo que nos preocupa, le damos vueltas regodeándonos en cada pequeño detalle). Por tanto, debemos cambiar de actitud. La incertidumbre se vence con conocimientos y certezas, dejando de lado las milongas.