REFLEXIONES

La memoria del corazón

María José Marco

María José Marco

Decía Lao Tsé que «El agradecimiento es la memoria del corazón», y un corazón agradecido no hace sino henchirse y transmitir esa emoción de múltiples formas y maneras: una sonrisa, una caricia, un abrazo, un gracias, un cuídate…, actitudes, gestos o palabras que nos conectan con la vida, alimentando y reconfortando al alma humana, aún en las situaciones más aciagas.

Pudiera parecer que esta invitación a la reflexión en torno al agradecimiento, al sentimiento transformado en emoción, aflora hoy imbuida todavía por «el espíritu navideño», incluso que es el resultado de habernos dejado llevar por esa corriente contagiosa que nos aboca, casi de manera irremediable, a hacer balance de lo bueno y malo en las postrimerías del año, especialmente duro y difícil, que acabamos de dejar atrás.

Y estaría bien que así fuese, por cuanto significaría haber comenzado el nuevo año ejercitando la virtud de agradecer.

Además de los agradecimientos personales a nuestro entorno más cercano, y a quienes tanto nos aportan de forma cotidiana, rescatar noticias e imágenes recientes de personas, en muchos casos anónimas, a las que agradecer su entrega incondicional a causas justas y solidarias, a la investigación, al progreso, a la cultura, a la ciencia o al cuidado del medio ambiente y el planeta, cala en el imaginario colectivo, nos hace más resilientes como sociedad, y nos da fuerzas para seguir adelante, al tiempo que nos invita inexorablemente a la acción.

Dice la ciencia, avalada por numerosos estudios -entre los que destacan los de los psicólogos Robert Emmos de la Universidad de California y Michael McCullough de la Universidad de Miami-, que la práctica de la gratitud tiene efectos no sólo emocionales, sino también fisiológicos, particularmente en el funcionamiento del cerebro.

De estos trabajos de investigación se concluyó que la emoción de la gratitud apoya el desarrollo de una actitud positiva y de la empatía hacia otros, además de brindar una sensación de alivio ante estresares.

Al expresar gratitud hacia otras personas más frecuentemente, la salud física mejora, las relaciones sociales se fortalecen y el estado emocional cambia positivamente. Se modifica literalmente la estructura molecular del cerebro, se mantiene la materia gris funcionando y aumentan los neuroquímicos esenciales relacionados con el bienestar, como la dopamina, la oxitocina y la serotonina.

Otros estudios recientes indican que experimentar gratitud aumenta los afectos positivos y los comportamientos prosociales, inhibe los comportamientos de hostilidad y conduce a mejorar el apoyo social.

Beneficios que inciden directamente sobre la calidad de vida de las personas y que invitan a convertir el agradecimiento en un hábito de vida que, de practicarse de manera colectiva, podría generar una cadena de valor social.

Etimológicamente, la palabra gratitud procede del latín gratitudo, gratitudinis, derivado de gratus «agradable», y su significado según la RAE, es «el sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera».

Agradecimiento es, pues, algo que sentimos y que nos impulsa a la acción. A través de él, reconocemos las cosas buenas de nuestras vidas, ya sean intangibles o tangibles, y actuamos en consecuencia. Pero, además, la gratitud es un rasgo del carácter, y ser personas agradecidas equivale a sentirse más satisfechas con la vida, y a su vez más comprometidas y solidarias.

Bien entendido que agradecer siempre será un acto de humanidad, con un alto valor social, que contribuye a la esperanza, la resiliencia y el afrontamiento de las crisis.

Hoy, en el Día Internacional del Agradecimiento, desde Fundación por la Justicia queremos reiterar, una vez más, nuestra admiración y gratitud hacia aquellas personas físicas u organizaciones, defensoras de los Derechos Humanos, con las que tenemos la suerte de compartir camino, quienes, con su trabajo, su ejemplo y su esfuerzo, personal o colectivo, contribuyen a la construcción de un mundo mejor, más justo, más inclusivo, más igualitario y en paz.