Ágora

Visión municipal del Port de València

Robert Raga

Robert Raga

La ampliación norte del Port de València se ha convertido, desde hace tiempo, en un tema recurrente de debate, confrontación y división entre los partidos políticos que, lejos de consensuar, han alcanzado niveles, cuanto menos, irreconciliables. Hace tiempo que cualquier noticia alrededor de la conocida ampliación se relaciona, ineludiblemente, con un trazo grueso caracterizado por la crítica feroz hacia la misma y, por tanto, sobre las consecuencias terribles y negativas que su puesta en marcha puede suponer sobre la misma ciudad del cap i casal, sobre su entorno y sobre el ecosistema marítimo que lo circunda. Con pocas excepciones, sobresalen los rasgos negativos sobre los positivos. Pocos se atreven a pronunciarse, públicamente, sobre el beneficio que la ampliación del Port supone para la economía de la Comunitat Valenciana. Más de la que algunos pueden imaginar.

Sin embargo, en este debate se echa en falta la visión municipal, la de aquellas localidades del cinturón metropolitano y de sus áreas de influencia que viven de la actividad portuaria. Empresas, industrias y mercantiles del sector logístico mantienen una estrecha relación con la evolución que el Port de València ha experimentado a lo largo de las últimas décadas. Y, en ese punto, la ampliación norte planeada por la administración central es ineludible para continuar la misma senda del progreso y del bienestar social y económico. El futuro logístico pasa, de forma inexorable, por la ampliación del Port. Somos muchos los municipios que nos mantenemos expectantes ante una decisión tan trascendental e importante. El respeto ambiental debe ser máximo, sobre todo si tenemos en cuenta de la magnitud que supone este proyecto. El PSPV ha demostrado su capacidad de trabajo, rigurosidad y esfuerzo por alcanzar consensos y acuerdos, dentro de un marco de absoluto respeto ambiental, mientras otras fuerzas están empeñadas en buscar división y confrontación.

Sin duda, el Port de València es una de las asignaturas pendientes que el futuro gobierno de España que se está conformando debe decidir, definitivamente. La declaración que en su momento se llevó a cabo ya se encargó de definir, con claridad, las pautas principales de la ampliación. Se asegura y garantiza una protección ambiental máxima. Con los actuales documentos encima de la mesa, se puede dar luz verde a su puesta en marcha. Cuantos más estudios y documentos sobre el medio ambiente de la zona, mejor para todos. No hay que escatimar nunca en recursos para asegurar a la opinión pública que son más los beneficios que los perjuicios que esta ampliación comportará sobre los valencianos. Son más las ventajas que los inconvenientes. Y son más las ganancias que las pérdidas. Por ello, es el momento de la verdad. El Port de València es uno de los núcleos del mar mediterráneo que mayor concentración de negocio y crecimiento económico ha desencadenado en los últimos años. Y en esa línea, una gran mayoría de las grandes empresas instaladas en nuestra Comunitat dependen del proyecto de la ampliación portuaria. La competencia de otros puertos españoles y europeos es feroz y es la hora de corresponder con decisión.

Desde esa visión municipal, Riba-roja de Túria representa el paradigma de localidad valenciana que ha experimentado un crecimiento notable ligado al Port de València, con una situación geográfica inmejorable que permite unir con rapidez todo el arco mediterráneo y, al mismo tiempo, una conexión muy definida con el área central de la península. Las empresas eligen nuestra localidad y las del área metropolitana por una serie de condicionantes y rasgos que, con una ampliación del Port seria, respetuosa y rigurosa, incrementaría, sin ningún género de dudas, nuestra carta de presentación en Europa. No en vano, en el área logística e industrial en la que estamos asociados Loriguilla, Cheste y Riba-roja de Túria hay 25.000 trabajadores en los polígonos, indicador de la magnitud de la actividad. Por ello, este proyecto constituye uno de los mayores retos que el gobierno de España debe asumir con decisión, ecuanimidad y grandes dosis de rigor y ayudaremos a la Delegación del Gobierno en todo lo que esté a nuestro alcance. Los ciudadanos y las empresas, a buen seguro, lo agradecerán.