REFLEXIONES

El pie de la calle de la libertad

Josep Vicent Lerma

Josep Vicent Lerma

El artículo de prensa del pasado 21 de enero Los pies del Turuñuelo: de Grecia a Extremadura hace 2.500 años no ha dejado de recordarnos también el descubrimiento en València de un solitario e inédito pie de escultura romana en el subsuelo de la parcela en la que hoy se levanta el edificio de los grupos parlamentarios de las Cortes Valencianas, donde la arqueóloga de bendito recuerdo Concha Camps excavó en el año 2009 veinte metros de losas de la Vía Augusta o tal vez del cardo resignificado como Vía Sacra (Levante-EMV, 15-01-2024), entre las calles del Salvador y de la Libertad.

En este orden de cosas y en concordancia con nuestras anteriores entregas periodísticas sobre objetos antiguos singulares desechados en las entrañas de la milenaria ciudad de València Relato apócrifo de una mayólica (Levante-EMV, 23-07-2019), El celadón Song de València (Levante-EMV, 13-10-2022) o El botón francés (Levante-EMV, 26-02-2023), pretendemos ahora, en paralelo con el 75 aniversario de la fundación del Servicio Arqueológico Municipal (Siam), dar a conocer esta menuda reliquia escultórica de la Antigüedad.

Se trataría de la porción rota de un basamento plano o peana, sobre la que el lapicida modeló finamente en bulto redondo la figura de un firme pie humano derecho, sin calzado alguno, de unos siete centímetros de longitud, en el que se han conservado parte del tobillo con el maléolo externo indicado y al menos cuatro dedos, de falanges de estilo naturalista, en los que el cincelador no ha escatimado el detalle innato de las mínimas uñas incisas.

Hallazgo que al margen del de la conocida diosa Fortuna en 2007, popularizada como la Dama de la Boatella, a la que dediqué el suelto Qué fue de la dama de la Boatella (Levante-EMV, 23-11-2008) o el del atleta surgido en 1899 en los trabajos urbanísticos de apertura de la haussmaniana calle de la Paz, enlazaría con la noticia de la aparición en abril de 1984 del Hermes báquico de la actual plaza de la Reina, reportada en el periódico quincenal de información urbana ‘La Ciutat’ por un colectivo entonces equipo de excavaciones compuesto por los arqueólogos municipales, Asunción Fernández y Mª Jesús de Pedro.

Piezas de oficinas lapidarias altoimperiales de los primeros siglos de nuestra era común entre las que la pequeña extremidad de la calle de la Libertad, labrada al parecer en pulido mármol blanco hispano, tal vez lusitano o de las canteras malacitanas de la Sierra de Mijas, pertenecería probablemente a la representación estatuaria desnuda, de tamaño inferior al natural, en torno al metro de altura, de una deidad masculina del panteón romano como pudo ser el dios Apolo o el propio Dionisos, de los que se conservan el magnífico bronce de Pinedo y el Baco de Aldaia (Levante-EMV, 25-01-2023).

Por todo ello y a modo de corolario final, no podemos terminar estas líneas sin reseñar como 2.000 años atrás este mínimo resto de estatua pagana pudo adornar el peristilo de una mansión patricia de Valentia, del estilo de la domus de Terpsícore, excavada bajo el cercano hemiciclo de Les Corts Valencianes o algún santuario romano periurbano (sic) (Levante-EMV, 28-01-2024), como literalmente el controvertido templo de época republicana hallado en la plaza del Marqués de Busianos (Levante-EMV, 15-01-2024), publicado en 2003 por sus excavadores como un monumento funerario templiforme.