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Profiguración

José Beltrán y María Checa

José Beltrán y María Checa

Se dice que si algo no se nombra no existe y, al contrario, si se le dota de mención nos permite comprender y actuar». Son palabras de Fidel Molina Luque, profesor de la Universitat de Lleida, que recientemente ha creado el término sociológico «profiguración», un neologismo cuyo uso será cada vez más frecuente. Necesitamos vocabularios nuevos para señalar realidades nuevas, realidades centradas en la importancia cada vez mayor de los cuidados y de la solidaridad entre generaciones. Es cierto que el cuidado entre generaciones obliga a actuar y pensar sobre el presente, pero sin descuidar el futuro, que podemos diseñar con las lecciones del pasado. Ese pasado reciente en el que se daban lazos cotidianos de convivencia y proximidad entre mayores y jóvenes, sobre todo en pueblos y comunidades vecinales.

La profiguración, sostiene Fidel Molina, «trata de poner en valor la importancia de la interdependencia entre personas de todas las edades, con el fin de que tanto jóvenes como adultos y mayores podamos alcanzar una vida plena en todas sus etapas». Plantea un cambio de mentalidad que propicie un nuevo contrato social basado en el altruismo hacia las generaciones presentes y las que vendrán. Un cambio para crear un presente y un futuro mejores basados en la sostenibilidad, el cuidado medioambiental y la educación.

El nuevo contrato social al que apunta, buscando alternativas a un modelo económico y social insostenible, es más necesario que nunca. La profiguración es algo que comienza a estar cada vez más presente, y se nutre de la imaginación sociológica. Algunos ejemplos sencillos y cercanos, que superan el edadismo, permiten visualizar esta realidad.

El Centro de Salud de Riba-roja de Túria ha puesto en marcha el programa Anem a caminar, que consiste en realizar paseos saludables a los que acuden personas mayores y estudiantes de secundaria todos los viernes, logrando un numeroso índice de participación. Con la misma idea, el programa La Ribera camina pretende promover la salud y favorecer las relaciones intergeneracionales. Ambos son considerados Buenas Prácticas del Sistema Valenciano de Salud. En Quart de Poblet el Centro Intergeneracional Trenquem Barreres surge como lugar de integración social para todas las edades.

Desde el tercer sector, la coordinadora valenciana de ONGD promueve la cooperación en proyectos locales e internacionales, a través campañas de sensibilización (Comercio Justo, Pobresa Zero, etc.), contando con un amplio voluntariado intergeneracional. En el ámbito educativo, la Asociación de Amigos de Nau Gran (Programa Universitario para Mayores de la Universitat de València) cuenta con una Vocalía de Solidaridad para prestar atención a población vulnerable. Y en educación primaria y secundaria, hay abundantes experiencias innovadoras y de Aprendizaje Servicio en las que las personas mayores acuden a colegios e institutos a compartir proyectos de aprendizaje común.

Estamos seguros de que pronto encontraremos este término en el diccionario de la RAE, y la perspectiva de la profiguración formará parte de los manuales de ciencias sociales y de los programas educativos de los grados de Sociología, de Ciencias Políticas, de Magisterio o de Pedagogía. También puede ser una palabra de uso común si así lo decidimos, y estos apuntes quieren contribuir a ello.

La profiguración es un programa ético-político y un imperativo inaplazable, con la misma potencia que el lema kantiano ¡Sapere aude! (¡atrévete a pensar!). Es un llamamiento a la transformación y mejora individual y colectiva, al compromiso social, además de un antídoto contra el fatalismo y la indiferencia.

Es una toma de conciencia radical de nuestros límites y de nuestras posibilidades como seres humanos. Nos recuerda que en el terreno social no hay nada inevitable. Combina la reflexión y la acción guiadas por la solidaridad intergeneracional. Nos pone a trabajar por un mundo mejor.

El hecho de que esta columna, escrita a cuatro manos, la firmen una joven socióloga que inicia su trayectoria laboral y un sociólogo maduro, es una muestra más de un diálogo intergeneracional cada vez más necesario y deseable. Profiguración. Pronunciemos su nombre, asumamos su mandato, apostemos por una sociedad profigurativa. No hay nada que perder y sí mucho que ganar.

¡Atrevámonos a profigurar!